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Cronista oficial de Piloña

Y llegó el tiempo de la avellana

La temporada del fruto en Piloña

Con los primeros aires otoñales y los madrugadores rocíos del mes de octubre llega a Piloña el inconfundible sabor de la avellana, ese fruto de características bien definidas y de compleja riqueza nutritiva que tanto singulariza a estas tierras. No es de extrañar que en el calendario festivo del concejo el primer domingo de octubre se dedique a este producto con una gran variedad de actos, que anualmente se programan y que este año visten de gala al cumplirse ya la 45 edición.

El festival de la Avellana, ciertamente, ya es la cita festiva del otoño no solo de la comarca centro-oriental asturiana sino de toda Asturias. Ya es una fiesta de Asturias, avalada por su longeva trayectoria, aquella que en sus inciertos comienzos difundía por las ondas de toda la región el popular, querido y nunca olvidado periodista Modesto González Cobas, protagonista indudable, entre otros, de aquél proyecto festivo que pretendía, además, consolidar los recursos económicos de la tierra favoreciendo su cultivo y comercialización.

Es el festival de la Avellana, también, la antesala de las tradicionales ferias y fiestas de Santa Teresa y el broche de oro del calendario festivo que durante la etapa veraniega animó todos los rincones y parroquias del concejo.

Ciertamente, el programa de fiestas de Piloña es variado y muy rico no tanto por sus manifestaciones folklóricas cuanto por la recuperación que algunos de sus pueblos intentar llevar a cabo de sus viejas tradiciones y costumbres de gran valor etnográfico. Muy meritorio a este respecto es el empeño de los vecinos de Areñes (Belonciu) al consolidar ya, tras varios años de actividad, la conocida y emotiva procesión de las antorchas, manifestación religiosa que se celebra al ocaso del día coincidiendo con la festividad de san Roque.

La dinámica comunidad vecinal de esta preciosa aldea, cimera del tortuoso y precipitado valle del Fontoria, es consciente de que su empeño merece la pena, sus antepasados ya ejercían esta práctica basada en arraigadas creencias vinculadas al mundo de la luz, al mundo de la muerte y la peregrinación. Tres conceptos claves referidos a la vieja creencia de la peregrinación del alma tras la muerte y que en este pequeño valle aparece recogida en el romance de la "peregrinación del alma a la Virgen de la Cueva". El tema es conocido en forma de romance en otras partes de la Península y, además, vinculado a los Caminos de Santiago. La procesión de la antorchas es pues la representación de esa creencia de la peregrinación del alma tras la muerte, el momento del ocaso que con antorcha en la mano busca la luz. La intervención de Santiago, según la tradición, en ese paso de salvación es fundamental y en este caso de Areñes la encomienda será la de san Roque, el santo jacobeo por excelencia.

No menos interesante del programa festivo piloñés resulta la actividad que los vecinos de Coya desarrollan para celebrar su fiesta del Cristo, celebración de gran arraigo comarcal, otrora repleta de exvotos y hábitos, y aún en la actualidad cita de gran fervor religioso. Las iniciativas populares para mantener esta festividad se llevan a cabo durante todo el año y son buen ejemplo del espíritu cooperativo de todos los parroquianos. Villarriba y Villabajo son en este caso la plenitud de una gran feligresía, que bien merecería ser distinguida por la recuperación y defensa de sus costumbres y tradiciones?, al igual que la de Areñes.

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