La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Comercializar salmónidos

Claro que sería genial que en Asturias se pudieran ofrecer salmónidos autóctonos en los restaurantes. Pastel de cabracho, tortos, fabada, pote, pitu caleya, cachopo, pixín, salmón, trucha, arroz con leche, quesos... el paraíso gastronómico. Pero no es tan sencillos. Primero: la prohibición de comercializar salmónidos persigue luchar contra el furtivismo. Y funciona. Segundo: el Principado no está preparado para afrontar la vigilancia que requeriría permitir la venta de esas especies, pues tendría que aumentar enormemente el número de guardas, con el consiguiente incremento del gasto público. Tercero: habría que modificar en profundidad la normativa de pesca, realizando antes estudios sobre cuántos ejemplares podrían ser capturados en cada río como máximo para garantizar el futuro de esas especies. Y cuarto: mucha gente dejaría de ver diversión y peces en el río y empezaría a ver billetes de 500 euros. Y la codicia es un poderoso veneno.

Compartir el artículo

stats