La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuevo panorama para la fiesta de San Antoniu

El adiós de la actual directiva de la Sociedad de Festejos de Cangas de Onís

Llegó en el momento menos esperado, aunque en varias ocasiones anunciado, el adiós de la junta directiva de la Sociedad de Festejos de Cangas de Onís (SFC), que presidió a lo largo de los cinco últimos ejercicios Alejandro Otero Núñez. Encumbraron las tradicionales fiestas de San Antoniu a niveles impensables, pero, como todo en la vida, acaban de decir hasta aquí hemos llegado. Empezaron allá por el 2012 -séis ediciones consecutivas- como un entusiasta equipo de amigos, apenas una docena de componentes, chicos y chicas, con muchas ganas de impulsar las fiestas patronales canguesas y ¡vaya si lo consiguieron!

Un tanto hastiados y pidiendo a voces el relevo, parece que ésta vez no habrá más prorrogas para seguir tirando del carro. La sociedad convoca elecciones y para ello celebrará una asamblea mañana, a las 13.00 horas, en el salón de actos del Ayuntamiento con dos únicos puntos en el orden del día: cese de la actual junta directiva y convocatoria de elecciones extraordinarias. Ahora toca ver el interés de la ciudadanía y quién, o quienes, están dispuesto a hacerse cargo del colectivo, saneado en el capítulo económico.

Se acabó un ciclo, quizás el mejor en lo referente al impacto organizativo de las fiestas de San Antoniu, el Nuestru. Nada que objetar a quienes trabajaron a fondo, sino todo lo contrario. Entregaron mucho de su tiempo en pro del interés social, acabando catapultando los eventos hasta convertirlos entre los mejores y más multitudinarios de cuantos se celebran en Asturias.

Aplaudo las agallas que tuvieron para apostar por sacar del casco urbano, trasladándolos a la Vega de Contranquil, parte de los festejos; siempre elogiaré la firme y decidida apuesta por involucrar a todo un Pueblo -con mayúscula- en la procesión del santo patrón. Supieron darle un plus al pregón de las fiestas, junto al propio Ayuntamiento, y le añadieron el atronador cohetón o chupinazu. Dieron a la tecla necesaria para volver a sacar a la calle el libro de fiestas, sin olvidar la botella de vino y los bollos preñaos para los socios.

Sólo un pero: fueron incapaces de que el número de asociados se incrementase pese a los continuos llamamientos. La positiva respuesta que tenían en las "espichas" no se correspondían con el escaso eco de gran parte de la ciudadanía a la hora de colaborar con los 15 euros de cuota anual. No es una cantidad desorbitada, aunque sí muy necesaria para la sociedad. Creo que no hay marcha atrás en su postura, a todas luces lógica. Veremos lo que pasa. De momento queda por despegar la gran incógnita, pese a que el listón quedó muy alto, quizás demasiado, para los que lleguen por detrás.

Compartir el artículo

stats