Estos científicos y estas científicas son la bomba. Examinan un pedrusco y averiguan que tiene 4.557 millones de años y que procede del interior de un asteroide con 100 kilómetros de diámetro, que chocó en el espacio sideral con otro hace 4.538 millones de años y que volvió a estrellarse con un tercero hace 7,5 millones de años. Ya, pero ¿de qué zona del interior del asteroide procede?, podría preguntar algún buscapleitos. Pues, hasta eso saben esas mentes privilegiadas: de una zona situada a 30 kilómetros de profundidad. Ni a 20 ni a 40, oiga: a 30. Y luego van y aseguran que el chinarro ese guarda "los secretos del origen del Sistema Solar" y se quedan tan anchos. Parecido a los políticos y las políticas, que no saben ni a cómo está el café cortado en el bar de la esquina. Muy mal organizado está el mundo: deberían gobernar los científicos y las científicas, mientras los políticos y las políticas examinan pedruscos en el espacio sideral.
