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El puentón

Cosiquines de Arriondas

Parres debería intentar negociar la adquisición de Casa Cepa, evitando su patente deterioro, para destinarla a usos municipales

"Mira a ver si escribes algo sobre la salida de la calle del río Piloña a la calle Argüelles", me dijeron el otro día un par de buenos amigos parragueses, ambos residentes jubilados y residentes en la villa de Arriondas. Pues, va a ser que tienen toda la razón, ya que esa transitada calle se ha convertido en los últimos lustros en una de las más transitadas de la otrora capital salmonera de España y, hoy en día, sin lugar a dudas, la localidad epicentro del turismo activo y de navegación en el Principado de Asturias. Y espero no haber faltado al respeto a ciertas mentes calenturientas por estos pagos.

Pero, volviendo al meollo de la cuestión, considero que tienen toda la razón aquellos que observan el "cuello de botella" de esa angosta calle del río Piloña, la cual enlaza la principal arteria de la villa parraguesa (calle de Argüelles) con el área de Deportes -campo de fútbol, polideportivo municipal Javier Hernanz, bolera municipal, pistas de tenis, canchas de petanca, piscina climatizada del Oriente, etcétera-, así como también con uno de los camping más acreditados de la comarca y, para más inri, con la urbanización de Santianes del Terrón.

A todo ello debe sumarse el notable flujo turístico, a efectos de grupos de organizados procedentes de diversas comunidades autónomas, con destino al establecimiento hotelero localizado en la misma zona, al otro lado del puente sobre el río Piloña, cerca del área deportiva de Arriondas. Sea como fuere, lo cierto es que la salida e incorporación de los autobuses de viajeros y excursionistas a la Calle Argüelles parece convertirse, desde un tiempo a esta parte, en un verdadero suplicio para los conductores foráneos poco conocedores del lugar.

Bien es cierto que, desde hace años, sobremanera en los mandatos del fallecido alcalde Manuel Millán García González, se venía rumoreando sobre la posibilidad de ensanchar la susodicha calle del Río Piloña, previo acuerdo urbanístico con los propietarios de terrenos colindantes. La cosa, de momento, y más desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria -Arriondas no iba a ser una excepción en ese gremio de la construcción y promoción-, parece que ha quedado quieta y parada. Es más, nada nuevo se avista en el horizonte a corto plazo.

Lo que nadie pone en duda es la necesidad de acometer esa actuación en pleno centro de la capital parraguesa, y más oteando el incremento poblacional, así como de servicios, en la urbanización de Santianes del Terrón. Desconozco si ahora mismo la pelota está en el tejado del Ayuntamiento presidido por el socialista Emilio García Longo o, por el contrario, en la parte que afecta a los propietarios de los terrenos, sus legítimos dueños. El dilema no es moco de pavo, aunque haría falta una mayor celeridad para tratar de solventar la anómala situación presentada en uno de los pasos de tránsito más boyantes de la villa de Arriondas.

Por otra parte, y sin querer meterse en camisas de once varas, observo con cierta pena el patente deterioro de una de las casas de indianos con más solera de Parres, la conocida como Casa Cepa, una de las singulares y vetustas edificaciones de la villa. Me consta que tiene dueños, en ese caso descendientes de sus primeros moradores. Ahora bien, en mi humilde opinión, creo que el Ayuntamiento debería intentar alcanzar un mutuo acuerdo con los herederos del citado inmueble -permuta, compensación...- para convertirla en un icono de la arquitectura local y evitar el calamitoso estado de semirruina a la que está abocada.

Hay un ejemplo bastante reciente en lo concerniente a acuerdos entre propiedad privada y Ayuntamiento, pero en el vecino concejo de Cangas de Onís. Me refiero a Casa Riera, donde está asentada actualmente la Oficina Municipal de Turismo canguesa. Pasó a ser patrimonio municipal, tras adquirirla años atrás el Consistorio que presidía el socialista Alfredo García Álvarez. Se acometió una gran reforma integral y los cangueses, así como los visitantes, ganaron para deleite un espacio público, además de ajardinado, a tiro de piedra de "El Puentón". Nunca mejor invertido estuvo un dinero y sin especular. ¿Por qué no se puede hacer algo similar en Arriondas con Casa Cepa?

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