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El puentón

Una pérgola acristalada para Cangas de Onís

Propuesta alternativa a la proliferación, durante meses, de entoldados para eventos en la plaza de Camila Beceña

Me pone de los nervios observar cómo perforan, cada dos por tres, el pavimento de piedra de la plaza Camila Beceña, en la ciudad de Cangas de Onís, cada vez que vienen a instalar una carpa para acoger alguno de los muchos eventos organizados en la vieja capital del Reino de Asturias. El pasado fin de semana, desde la tarde del viernes al domingo, tocó la Feria de Stock en la Calle y, como no podía ser de otra manera, se colocó -taladra que taladra- una carpa de mediano tamaño en ese céntrico lugar para prevenir cualquier tipo de inclemencia meteorológica que pueda desatarse en esta avanzadilla primaveral.

Desconozco a día de hoy cuanto desembolsa el Ayuntamiento cangués por contratar la instalación de entoldados, grandes o pequeños, a lo largo del año para las actividades a desarrollar en la susodicha plaza, cercana a la Casa Consistorial. Pienso, salvo que alguien me rebata, un buen pastizal, dada los numerosos acontecimientos a organizar, de toda índole. Y es que, el próximo domingo arrancan los festejos del Antroxu o Carnaval, lo que hace indispensable ese tipo de equipamiento para evitar que un clima adverso acabe por desangelar las citas folixeras a estas alturas del año, aún en plena temporada de invierno.

Pero, visto desde otro prisma el actual panorama por la antigua capital del Reino Astur, me atrevería a sugerir a las autoridades competentes que contemplasen la posibilidad de asentar en la transitada plaza Camila Beceña algo así como una gran pérgola acristalada, con techo de corredera o similar -dotado de mecanismo automático-, como alternativa a los ya tradicionales toldos. Debería ser un cerramiento de tipología en consonancia con tan entrañable sitio, análogo a los existentes en puntos concretos de grandes ciudades. Una instalación vistosa, a la vez que funcional, ideada para todo tipo de fines de ocio y disfrute.

Diría que ese cerramiento acristalado no desentonaría, para nada, aunque me temo que costaría un buen dinero a amortizar en varios ejercicios. La idea está lanzada, pese a que a cierta gente no le satisfaga un ápice que se aporten opiniones en pro de la mejora de una ciudad que es uno de los principales destinos turísticos del Principado de Asturias. Ojalá alguien la haga suya para evitar el persistente afuracado de la plaza Camila Beceña, en pleno centro urbano de la oficiosa capital de los Picos de Europa. ¿Convocar un concurso de ideas? ¿Y por qué no?

Puestos a escribir sobre espacios públicos en Cangas de Onís -en otra ocasión criticaré el pasotismo de los dueños de mascotas a la hora de recoger los excrementos de la vía pública- también sugeriría al Ayuntamiento, que preside el popular José Manuel González Castro, contemplase la opción de ubicar un atractivo kiosco de música, como los de toda la vida, en el parque municipal José González-Tuñín Sánchez, en la zona más cercana a la Avenida de Covadonga. Sería el no va más en cuanto a nuevos atractivos, teniendo en cuenta el sustancial cambio a acometer -de salir adelante la propuesta, pues no hay que talar ningún árbol-, para la ciudad en estos compases del siglo XXI.

Por cierto, González-Tuñín, oriundo de Ciaño, trabajó de director en una conocida sucursal bancaria, fue alcalde de Cangas de Onís y llegó a ser fiscal de la otrora Audiencia Comarcal de Cangas de Onís, la cual aglutinaba la mayor parte del Oriente del Principado de Asturias. Sin duda, una figura indiscutible para que Cangas de Onís acabase recibiendo el título de ciudad, allá por el año 1907, por concesión de S. M. el Rey don Alfonso XIII, en reconocimiento a la otrora primera capital del Reino de Asturias durante 57 años, y también la primera de la Península tras la ocupación musulmana. Además, a él mismo se le concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica.

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