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El puentón

No masificar, sino desestacionalizar

Sobre el tren de cremallera a los Lagos de Covadonga

Una empresa llama a tu puerta. Está dispuesta a financiar un proyecto millonario -en euros- que podría marcar el devenir de toda una comarca. Lógicamente, faltará más, buscan beneficios en esa hipotética inversión. Pero, en lugar de atenderles y darles el trato que se merecen, parece que acabarán llevándose un "portazo" en toda la regla. Conste en acta que no será por culpa del equipo de Gobierno que preside José Manuel González Castro, quien, como buen gestor, considera de capital importancia, cara al futuro, captar infraestructuras para intentar desestacionalizar el sector turístico.

Me viene a la testa lo que ocurrió hace apenas unas décadas con el proyecto del Parador de Turismo Monasterio de San Pedro de Villanueva, el cual chocaba frontalmente con algunos políticos y también con buena parte del gremio hostelero local. Hubo un tris en el que a punto estuvo de irse a hacer gárgaras aquella inversión en beneficio de otro complejo a ubicar en el concejo de Llanes. Al final, quizás a regañadientes, el ahora "buque insignia" de la hotelería en la comarca del Oriente salió adelante y hoy en día nadie de acuerda de las controversias levantadas.

Otro tanto de lo mismo puedo decirse de la variante, circunvalación o como rayos quieran denominarla. También chocó de lleno con mentes que veían un desastre esa infraestructura viaria. No me escondo. En su momento critiqué un estudio que apuntaba a una variante pura y dura, sin acceso a la ciudad de Cangas de Onís, el cual le costó las elecciones al entonces alcalde Alfredo García Álvarez. Después, tras las modificaciones, cierto es que se planteó el actual modelo de circunvalación de la urbe y la cosa se tornó, aunque con reparos, más favorablemente.

Y si me apuran, podría igualmente recordarles las zancadillas puestas al final de etapa de la Vuelta Ciclista a España en los Lagos de Covadonga, con la negativa del extinto ICONA. Hablo de los años 80 del siglo pasado; de la movilización de los cangueses en pro de aquella etapa; de la huelga general -la primera a nivel local en la historia de este municipio- llevada a cabo; del apoyo mostrado por la prensa especializada a nivel nacional al otrora regidor Toño Vega Díaz y, tras el fallecimiento de éste, a la alcaldesa Pilar Díaz Junco. El "tufillo" de ciertos políticos estaba a la orden del día.

Ahora toca el tren de cremallera a los Lagos de Covadonga, la mejor alternativa al plan de transporte que se aplica en Semana Santa y temporada de verano, así como en puentes festivos. Jamás podré entender que la clase política local se oponga radicalmente a ese proyecto, siempre y cuando exista financiación para el mismo. El futuro de esta comarca, y permítanme la insistencia, pasa por una infraestructura de esas características, alejada a lo que ofrecen 35 ó 40 autobuses subiendo y bajando por la angosta y deteriorada carreterina CO-4. ¿Estarán de por vida los buses acarreando gente de Cangas a Buferrera? Lo dudo. Es mi opinión.

Dicho todo esto, creo absurdo utilizar el vocablo "masificar" para oponerse al proyecto de un tren de cremallera. No me extraña de dónde viene esa negativa. Es normal, hasta cierto punto. Sin embargo, lo que venimos peleando -cada uno en su frente- es por intentar desestacionalizar la temporada turística, centrada en sólo tres meses y medio al año, alargándola incluso al invierno. Y los visitantes hasta es probable -ese es el objetivo prioritario- que viniesen al oriente de Asturias de forma escalonada, fuera del típico "ferroagosto".

Insisto, Cangas no debería dejar pasar esa oportunidad, toda vez que una multinacional ha llamado a su puerta. El modelo del PSOE ya sabemos cómo funciona -nadie puede echarme en cara mi rechazo a la regulación del acceso rodado al parque nacional-, ¿por qué no estudiar a fondo el impacto del tres de cremallera? ¿No es el modelo utilizado en media Europa y con indudable éxito? A veces envidio las políticas turísticas aplicadas en la vecina comunidad de Cantabria, con la que compartimos territorio en el espacio protegido. Y no digo nada de la niebla con la consiguiente "espantá" del pasado Viernes Santo.

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