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El Puentón

Si no cambia el tiempo, veda total

El estiaje de los ríos y la escasez de ejemplares a estas alturas de la campaña propician la adopción de la medida

La atípica meteorología reinante durante lo que va de la estación primaveral en el Principado de Asturias, sin olvidar que también transcurrió uno de los inviernos más templados de las últimas décadas, desembocó en que los ríos de la comunidad autónoma presenten un estiaje preocupante a estas alturas del presente ejercicio, síntoma que, si nada se tuerce, continuará en fechas inminentes. En realidad, tenemos la sensación de que el Norte -otro tanto ocurre en el sur del país- está padeciendo el tan cacareado cambio climático, pues, no es nada habitual lo que acontece, sino todo lo contrario.

Dicho esto, considero que la Administración regional debería tomar cartas en el asunto en cuanto a la campaña salmonera en aguas continentales asturianas. Apenas se escudriñan ejemplares en las cuencas fluviales, al menos en las del Oriente (Sella y Cares-Deva). Idéntico dilema que asola, en cuanto a la pesca fluvial, a las demás comunidades norteñas. El problema es serio, quizás grave, pero nunca achacable a las cañas, ni mucho menos a los ribereños. Escasean los salmones cuando vamos camino del primer mes de temporada de pesca tradicional en Asturias. Y eso no es moco de pavo.

Es posible que algunos pescadores se me tiren a la yugular, dado mi pesimismo, pero creo que ahora más que nunca sería obligatorio decretar una veda total a la pesca en todos los ríos asturianos, siempre y cuando la climatología siga por idénticos derroteros. Y, por supuesto, en todas las especialidades, tanto con muerte como cuando toque el periodo de los "mosqueros" -sin muerte-. Toca plegar cañas, es mi opinión. No tiene sentido seguir pegando palos al agua, como tampoco tiene sentido pagar cotos para no poder disfrutar de esa actividad ancestral que es la pesca del salmón. Los chubascos aislados con fuerte descarga de aparato eléctrico no es una solución: falta agua, mucha agua.

Que nadie levante la voz para lanzar proclamas sobre extinción de la especie y otras demagogias baratas. Hoy en día, la escasez de agua y la falta de nieve en las cumbres de nuestras montañas desencadenó ese bajísimo nivel en los ríos asturianos e imagino que en Cantrabria o Galicia acontecerá otro tanto de lo mismo. Por eso, insisto, es mi opinión, la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado de Asturias debe actuar, aunque para ello tenga que compensar a los deportistas por el dinero desembolsado en licencias y en adquisición de cotos.

No quiero imaginarme los exabruptos que verterán turistas con destino a alguno de los cotos "vip" para mojar el merucu y la quisquilla, por no decir otro tipo de señuelo. Gastarse un pastizal en viaje, hospedaje, manutención, guía, coto y demás pamplinas para no avistar ejemplares me parece una verdadera estafa. La única salvación de la campaña salmonera es Asturias pasa por un drástico cambio meteorológico, con lluvias constantes y así los ejemplares remonten. Pero, insisto, de continuar por idénticos derroteros, lo mejor es decretar la veda total para todas las especies -con muerte y sin muerte.

El 21 de mayo, arranca la temporada de trucha en las zonas salmoneras y de alta montaña. Más presión para nuestros ríos. El clima, intermitente, está jugando una mala pasada al mundo de la pesca fluvial en Asturias en este 2017 y los peces brillan por su ausencia, salvo casos contados. Perdonen, pero lo primero es velar por esos ríos, aunque nos cueste dolor la imposición de una veda total. Ojalá me entiendan: sin salmones, ni agua, no hay pesca fluvial en Asturias. No nos engañemos. Solo esperando esa bendita "agua de mayo" podrían cambiar las cosas para mejor.

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