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El Puentón

Una celebración marcada por la igualdad

La alta presencia de mozas portando los ramos en la procesión

Nunca antes observé tantos ramos ofrendados a San Antoniu portados en andas por mozas como este pasado martes, día 13 de junio, en el transcurso de la multitudinaria procesión que recorrió las principales calle de la ciudad canguesa rumbo a la vetusta ermita, en el barrio de Cangues d'Arriba, donde se venera al santo patrón. Y no es que los diversos ramos -roscos de pan, engalanados- fuesen un handicap en ediciones anteriores para que las mujeres se decantaran por "atreverse" a encaminar La Carreterona, vestidas de llaniscas o cabraliegas, con sus respectivos hombros cargados con las ofrendas en dirección al campu Les Vares. Sin duda: el San Antoniu 2017 resultó ser el de la igualdad.

Por si fuera poco, en la memoria de muchas, sobre todos las vinculadas de una u otra forma a la Sociedad de Festejos, estaba bien reciente el fallecimiento de María Concepción Díaz de la Fuente, más conocida por "Maruja, la de Inguanzo el taxista", acontecido el pasado 23 de mayo, a los 83 años de edad. Fue durante dos décadas trabajó, hasta su jubilación, limpiadora en el colegio público Vázquez de Mella y también en el colegio de educación infantil y primaria Reconquista, ambos en Cangas de Onís, contratada por el Ayuntamiento. Aunque nació en el núcleo rural de Ortiguero (Cabrales), estaba muy vinculada a la ciudad de Cangas de Onís, donde residía desde los años 60 del siglo pasado.

Colaboraba infatigable con las fiestas de San Antoniu, era la encargada, junto a algunos familiares, de vestir los xigantes y cabezudos que animaban las fiestas patronales canguesas, así como también de preparar uno de los ramos de pan -donado por la Panificadora Santa Rita- que tradicionalmente se ofrecía al santo patrón. Además, también era partícipe de la fiesta de San Cristóbal, patrón de los conductores, a la que en más de una ocasión acudía con su bicicleta engalanada. Hace unos meses, en a finales de 2015, fue homenajeada por una treinta de compañeras canguesas del programa de talleres Tiempo Propio.

Algunas de las mozas que acarrearon este 13 de junio los ramos es muy probable que de esa manera rindieran su particular homenaje póstumo a Maruja, pues las nuevas generaciones "se criaron" siguiendo los postulados de aquella mujer que tanto dio a San Antoniu, el Nuestru. Hoy en día, como no podía ser de otra manera, sus hijos, nietos, sobrinos y demás familiares continúan manteniéndose fieles a todo cuanto rodea a los principales festejos de la primera capital del Reino de Asturias. Y prueba palpable vino a ser lo acontecido en el transcurso de la espectacular procesión, desde la iglesia Santa María hasta la coqueta Capilla de San Antoniu, sobremanera en éste último lugar. Emoción, mucha emoción, al mismo tiempo que instantes de indescriptible devoción.

Algo ha cambiado, con el paso de los años, a la hora de pasar el testigo de generación en generación. No sólo los mozos se encargan ya de portar los ramos, a tenor de lo observado este pasado martes. El relevo asumido por las mozas rompe, quizás, un pequeño "tabú", pues fueron ellas, mayoritariamente, quienes en esta oportunidad se echaron a sus espaldas llevar la mayoría de las ofrendas hasta el mismísimo vetusto robledal del campu de San Antoniu, entonando sus ancestrales cánticos. Entre tanto, la imagen del santo patrono de Cangas de Onís -mucho más pesada- se mantiene fiel a los mozos "botijos", tanto en el descenso de la ermita a la iglesia como en la posterior subida, tras la misa solemne.

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