Observamos con atención un debate público que nos deja perplejos, sobre todo tras haber participado en el acto organizado por Tertulias en Llanes a finales del mes pasado donde se puso sobre la mesa información muy interesante, quizás no debidamente conocida.
Resulta que desde el año 1988, a través de un Decreto, con resoluciones anuales que establecen cupos, se permite arrancar ocle desde embarcaciones en la zona central de Asturias. En la última temporada, de julio a septiembre, como casi siempre, desde Cuideiru a Llanes, para entendernos. Pero hace treinta años que no se explota por arranque desde el mar frente al oriente de Asturias. En consecuencia, y ya que los milagros no existen -y las casualidades apenas- ahora hay una zona excepcional generadora de ocle, y no sólo de ocle, claro, frente a ese litoral.
Y sin explicación lógica pública posible surge la iniciativa de arrancar (que no cortar) 1.300 toneladas de peso húmedo en estos fondos vírgenes, cuando el promedio de las últimas diez temporadas está en 3.000 toneladas para toda Asturias.
Nos preguntamos públicamente, el por qué ahora cuando no se cubre el cupo teórico para toda Asturias, se amplia, y además en ese margen brutal, con un incremento de más del 40%. Y por supuesto, cómo se puede aventurar esta iniciativa cuando no hay ningún estudio que garantice su inocuidad sobre la actividad pesquera y de arribazón.
Con una altivez impropia de un gobierno en minoría y en las condiciones del partido del gobierno, el señor director general de Pesca se jacta de negarse a estudiar nada, por darlo todo por estudiado, pero en un ejercicio de transparencia que debería ser supervisado por otros departamentos de su gobierno, no aporta nada para respaldar sus tendenciosas afirmaciones, si escuchamos a los recolectores que explican el manejo de estudios por ellos conocidos, y a nuestra universidad, que desconoce que garantías sobre la biomasa general se manejan.
Y mientras se da pie a unos y otros, sin caer en la cuenta que el ocle es de todos, y sólo se puede gestionar por el Gobierno asturiano sin perder riqueza, y en particular, sin perjudicar a muchos para beneficiar a unos pocos, aunque sospechamos que esos pocos despacharon con ventaja el asunto. Si el precio sube, mejor para toda la gente que recoge lo que a la mar, y a toda la vida que alberga, le sobra, siempre, claro está, que se respete en la recogida la labor sin meter motores a las olas.
Pocos ejemplos mejores de sostenibilidad que el arribazón respetuoso. Para nosotros, el único modo de respetar el mar y su vida, para que nos sigan dando futuro.
Marcos Fernández García, en representación del grupo de Sostenibilidad y Territorio de Equo Asturies
