Como lo del gobierno de Llanes es la risión, hablemos de cosas serias. Da gusto la gente que no tiene miedo a las preguntas, por difíciles que sean. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, se llevaría el "Premio Naranja" de los periodistas asturianos, si lo hubiera. Porque nunca dice no a los informadores, siempre contesta. Ayer, en Covadonga, se le preguntó por la orden judicial para exhumar los restos de un sacerdote para una prueba de paternidad. Y el mitrado, una vez más, ni se escondió, ni escurrió el bulto. Resaltó que el juez cumple con su deber y que, aunque la reclamación del posible hijo no responde ni a la figura ni a la memoria del sacerdote fallecido, si el resultado de la prueba fuera positivo, no eclipsaría el recuerdo de una buena persona y un buen cura. Tampoco se ocultaba uno de sus predecesores, el arzobispo emérito, Gabino Díaz Merchán. Muchos tendrían que aprender de ellos.