Si los suelos urbanizables de Oreyana son anulados por el Principado o por los jueces, el precio del suelo será aproximadamente cero (es el problema de haber construido un mundo en el que el único valor de la tierra es el urbanístico) y el "banco malo" no podrá recuperar el dinero que le adeuda la promotora que compró la mayor parte del terreno. Y como el "banco malo", al final, es la gente y algún banco que anda por ahí, la deuda de la promotora se la comerán la ciudadanía. Claro que si los urbanizables salen adelante, la promotora se salvará (otra vez) y el "banco malo" recuperará la pasta (o parte de ella) y la repartirá con los bancos amigos. ¿Qué sacará la gente? Lo de siempre. ¿Qué ocurrirá en Ribadesella? Si se impone la lógica habrá zonas que serán recalificadas (Platas, por ejemplo), y otras que se borrarán del mapa (Otrondi, seguramente). Pero, ¿existe la lógica en el universo del urbanismo?
