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Especialista en piroecología e incendios de Interfaz. Miembro de la Fundación Pau Costa

La prevención y extinción de incendios forestales

La necesidad urgente de un cambio en la forma de actuar

Cumplido el plazo del Plan de Prevención de Incendios Forestales 2013/2016, se abre una oportunidad para dar un giro importante tanto en las estrategias de prevención como en las de extinción de Incendios Forestales (en adelante IIFF) en relación con la gestión que se ha venido efectuando en las últimas décadas.

La sociedad asturiana está siendo testigo de las oleadas de IIFF que con cada vez más frecuencia, intensidad y severidad azotan nuestros montes y zonas rurales. No podemos seguir ocultando que de continuar con el mismo escenario, no tardaran en afectar a las zonas urbanas o periurbanas de nuestros núcleos urbanos más poblados.

Incendios que hace apenas dos o tres décadas se hubieran extinguido sin grandes problemas, hoy se convierten en Grandes Incendios Forestales (en adelante GIF), que es como se denominan aquellos incendios de más de 500 has, o terminan por afectar a los núcleos y construcciones rurales generando los temidos y complejos incendios de Interfaz Urbano/Forestal (en adelante IUF).

El pronóstico es ir a peor, no porque carezcamos de medios técnicos y humanos capacitados, sino porque cada vez es más frecuente que los IIFF escapen a la "posibilidad de extinción" disminuyendo dramáticamente "las ventanas de actuación". Una y otra vez nos vemos corriendo detrás de un fuego que no podemos alcanzar. Los múltiples y complejos problemas que los causan se han convertido en "estructurales" y revertirlos a corto plazo se antoja complicado. Conviene tener siempre presente que los IIFF no son el problema, sino sus consecuencias.

El abandono del medio rural; el envejecimiento de la población residente de nuestros pueblos y aldeas así como un escenario incuestionable de cambio climático, son una parte importante de los problemas con los que nos encontramos o, dicho de otra manera, unas de las principales causas de fondo que transforman los IIFF de "realidad social" a "problema social" de primera envergadura.

Pero no son estos los problemas en los que queremos centrar el artículo que ustedes están leyendo. Lo que nos interesa, por urgente, es transmitir al conjunto de la sociedad asturiana que el Paradigma "Fuegos 0" en el que se han basado las políticas en Prevención y Extinción de incendios desde la década de los setenta, ha muerto.

Ahora no queda más que enterrarlo con los honores que cada una considere y sustituirlo por un paradigma nuevo que sea capaz de inspirar desde ya nuevas políticas de gestión en prevención y extinción de incendios.

El nuevo paradigma debe ser realmente integral, donde investigación, prevención y extinción estén íntimamente unidos y coordinados.

Dada la situación actual y los tiempos que corren, cabria preguntarse si con estos elementos se conseguiría la tan pretendida como necesaria perspectiva "integral". A nuestro juicio, no. Faltan dos elementos que consideramos imprescindibles en la realidad asturiana de hoy: el paisaje y el paisanaje. Sin una gestión encaminada a crear Paisajes Resistentes al Fuego poco conseguiremos y para ello, es del todo indispensable contar con la participación y el compromiso de la sociedad asturiana, especialmente con la parte que habita y mantiene el medio rural. Si se tratan de imponer nuevas políticas de gestión, por muy acertadas que nos parezcan, sin contar con los vecinos y vecinas de nuestra zona rural, poco o nada conseguiremos avanzar.

Para tranquilidad de los lectores y lectoras de este artículo, aclarar que no se pretende desbrozar todo el matorral ni arrancar todos los eucaliptos de nuestra tierra. Ni mucho menos. Únicamente se pretende crear un nuevo paradigma basado en La Ecología y Gestión del Fuego, inspirada en los principios y valores propuestos por La Fundación para la Ecología y Gestión del Fuego Pau Costa (http://www.paucostafoundation.org) y la Ecología Social.

Vamos a tratar de concretar algunos aspectos en los que debería apoyarse o servirse el nuevo paradigma: Identificar a través del análisis riguroso de los GIF sufridos en los últimos años, Zonas de Combustible Homogéneo (ZCH), Zonas de Homogéneas de Riesgo (ZHR), Puntos Estratégicos de Gestión (en adelante PEG) orientados a la prevención y Puntos Críticos de Gestión (en adelante PCG) orientados a la extinción. Actualmente existen Simuladores de IIFF muy potentes (Farsite, FlamMap, WFA?) que introduciéndoles los parámetros necesarios que no son complicados de obtener en todos los casos de GIF "históricos", son capaces de reproducir con bastante fidelidad como se desarrolló el incendio.

Una vez identificadas las zonas a gestionar, especialmente los (PEG y los PEC), se deberán tratar de forma eficiente y continuada en el tiempo para evitar que vuelvan a ser factores de multiplicación en la propagación del incendio o en el aumento de su intensidad.

Las quemas o fuego prescrito es una de las mejores herramientas con las que podemos contar para lograr el control del combustible en las zonas y puntos identificados. Gran parte se encuentran calcinadas por las llamas, evitemos que con el paso del tiempo vuelvan a convertirse en factores intensificadores de los incendios.

Ser capaz donde sea necesario y factible, de convertirlas en terrenos de pasto o de aprovechamiento silvopastoral es uno de los objetivos prioritarios. Para lograrlo es condición "Sine qua non" asegurar la participación e implicación de los ganaderos y ganaderas de la zona mediante acuerdo o contrato a desarrollar con y para ellos.

En este punto, la Asociación "Proyecto Roble" tendría mucho que aportar desde la experiencia y el buen hacer.

Otro aspecto que no puede esperar más para ser tratado con la atención que merece es evitar que los IUF se acaben asentando en nuestro territorio.

Se trata de un problema cuya solución o control es más fácil de lo que pueda parecer en principio. Se trata más de voluntad y de modificación de partidas presupuestarias que de tener que realizar elevadas inversiones.

A nadie se le debe escapar que las causas que propagan los IIFF a los núcleos y construcciones rurales, están relacionadas con el abandono de los terrenos más próximos a los pueblos (erías, huertas, quintanas, cortinas, llosas, etc.).

Dicho abandono, origina un crecimiento desmesurado del combustible tanto en horizontal como en vertical donde cada vez es más alta la probabilidad de que se originen focos secundarios debido al "paveseo" o la simple propagación del incendio. Dada la continuidad del combustible recuperar el mosaico agrícola sería la mejor prevención natural que pudiéramos conseguir.

La implicación de las administraciones locales debe ser contundente a la hora de hacer cumplir la legislación relativa a la obligación de los propietarios y propietarias de mantener limpios sus predios. No estamos en situación de andarse con muchos miramientos en este aspecto.

Donde no sea posible cumplir con la normativa por ausencia de los propietarios o porque estos no se encuentren en condiciones de poder llevar a cabo las labores de limpieza y mantenimiento serán las distintas administraciones las que deberían, de manera coordinada, hacerse cargo de la limpieza y mantenimiento de los terrenos en cuestión, ya sea por vía presupuestaria contratando cooperativas o empresas forestales, recuperando sextaferias de ámbito parroquial o concejil así como potenciando un voluntariado que debe ser promovido en todo lo relacionado con la extinción y prevención de incendios. Todos los aspectos tratados y las propuestas realizadas a través de el artículo que están leyendo, serian mucho más fácil de conseguir si se impulsará una mayor "Cultura del Riesgo", fundamental si queremos conseguir una "percepción del riesgo" acorde con la situación actual. Resulta del todo incomprensible que a estas alturas la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas que residen en Asturias, no sepan que hacer y que no deben hacer en caso de verse inmersos en un incendio forestal o de Interfaz.

Por último, otro aspecto que debe contar con un protagonismo de primera línea es contar con un personal en las labores de extinción y prevención en IIFF que no sólo se encuentren capacitados para informar como se encuentra un incendio, sino como va a evolucionar dadas las condiciones del momento. Se debe de conseguir que todo el personal implicado en la extinción tenga un mínimo de capacidad analítica que puede resultar muy valiosa a la hora de tener que tomar decisiones rápidas y efectivas.

Se trata, estamos otra vez de suerte, únicamente de formar en este sentido a los 250 guardas del medio natural y a los más de trescientos bomberos, jefes de zona y técnicos que lo precisen. Invirtamos en formación, que es una de las mejores formas de invertir los dineros, tanto públicos como privados.

En conclusión, demos por agotado el "Paradigma Fuegos 0" y diseñemos un paradigma nuevo de "convivir con el fuego", donde todo debe estar en continua revisión y monitoreo para detectar rápidamente lo que no funciona y diseñar nuevas medidas y así evitar "dormirnos" y que de forma silente se vayan poco a poco desarrollando nuevos problemas que no seamos capaces de detectar y caigamos otra vez en "la paradoja de la extinción". Si no somos valientes y decididos a la hora de actuar, tampoco seremos capaces de crear espacios resistentes al fuego, dejando "en manos" de los incendios descontrolados la gestión del paisaje, con los resultados que todas conocemos.

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