El cierre del matadero comarcal del Oriente, en Margolles (Cangas de Onís), supone una faena para ganaderos, carniceros y demás profesionales afectados. Dado que la mancomunidad del oriente de Asturias tardó cerca de diez años en cerrar las instalaciones -y ello después de feroces enfrentamientos en los juzgados con el adjudicatario- hubo tiempo de sobra para idear un plan alternativo para este momento. Pero no se hizo nada, salvo pleitear. Y ahora hay que ponerse a pensar, decidir, aprobar, tramitar, licitar y adjudicar. Porque las instalaciones, que se sepa, son públicas. Todo lo cual significa tiempo. Demasiado tiempo, quizá, a la vista del ritmo al que trabaja habitualmente la Administración. Los antiguos trabajadores del macelo quieren gestionar las instalaciones, al considerar que el servicio es rentable. Pues pónganse los políticos de la comarca las pilas y trabajen para facilitar esa solución.