Inmersos en el triple centenario por lares de Don Pelayo, primer monarca astur, las autoridades competentes podrían hacer un pequeño esfuerzo, al menos las que tienen mando en plaza en el concejo de Cangas de Onís, para tratar de subsanar un pequeño lapsus en la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias, que pende del arco central del emblemático puente "romano" o Puentón.
Y es que de los brazos de la citada Cruz, colocada en 1939 con motivo del regreso tras la Guerra Civil de la imagen de la Santina desde su "exilio" en París, cuelgan las letras griegas alfa y omega en mayúsculas, que significan el principio y el fin (la infinita extensión de Dios), cuando la omega debería ser minúscula, porque así se encuentra en las ilustraciones antiguas.
