Ha sorprendido que la militante anticapitalista Anna Gabriel haya huido a Suiza, estado conocido popularmente como el "paraíso de los banqueros", donde florece una de las economías capitalistas más poderosas del mundo. Creía uno, en su inocencia, que solicitaría asilo en Corea del Norte o, en su defecto, en Cuba o Venezuela. Pero no, se ha ido al país de Heidi, o-liró-liró. Aunque, más que esa huida al hogar de algunas de las mayores corporaciones multinacionales del mundo y patria de buena parte de la banca y el gran capital, parece haber sorprendido en el multiverso hispánico su cambio de imagen: adiós al peinado "a la vasca" -que parecía cortado con "segote"- y a las imperdibles indumentarias antisistema (de marca, pero "anti"); y hola al "look" tipo "yo amo a Laura", eso sí, también de marca (de otra, pero de marca). Abuelito, dime tú: ¿Dónde quedó la coherencia? ¿Cómo ye l'asuntu? Where's the revolution?
