El 25 de enero de 1952 fue creado el Patronato Nacional de la Gruta y Real Sitio de Covadonga, entre cuyos fines figuraban "procurar el estudio, coordinación y realización de obras, instalaciones y servicios que redunden en el mayor esplendor y efectividad de los valores religiosos, históricos, turísticos y de todo orden en Covadonga". Años más tarde, el 18 de febrero de 1987, se suscribió un acuerdo entre el Principado y la Diócesis de Oviedo, para mantener el patronato con los fines y funciones establecidos como fórmula de encuentro de las autoridades civiles y eclesiásticas "a efectos de llevar a la práctica una actuación plenamente coordinada que redunde en la mayor efectividad y exaltación de los valores históricos, religiosos, turísticos y de todo orden en Covadonga".
Dicho esto, el actual patronato no acaba de poner sobre la mesa una de las necesidades más urgentes para el real sitio y así tratar de acometer una serie de mejoras que se vienen pidiendo a gritos desde hace muchísimos años. Me refiero a la necesidad de que esa institución acabe por impulsar, a través del Gobierno regional, un plan de empleo acorde a las necesidades para adecentar y mejorar jardines, así como espacios públicos.
Baste como ejemplo de dejadez y deterioro el camino fluvial de Covadonga, el cual atraviesa el Jardín del Príncipe, inaugurado en el año 1999. Casi dos décadas después no puede decirse que registre su mejor momento, en cuanto a mantenimiento y conservación, justo cuando nos encontramos a punto de arrancar la estación primaveral y están programada toda una serie de actividades por la triple efemérides de este año en el santuario mariano y alrededores. Habría que remontarse al 8 de septiembre de 1918 cuando el rey Alfonso XIII, acompañado de su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg, plantaba un árbol en el Jardín del Príncipe, con motivo de inaugurar el parque nacional de la montaña de Covadonga. Fue el mismo día en el que tuvo lugar la coronación canónica de la Virgen y, al mismo tiempo, la conmemoración del decimosegundo centenario de la batalla de Covadonga.
A escasos meses de cumplirse un siglo del acontecimiento, el 8 de septiembre, la realidad es que el Jardín del Príncipe, también conocido como Parque del Príncipe, está sumido en una triste desidia. Aún más: el camino fluvial ejecutado más de tres lustros por la Confederación Hidrográfica del Norte presenta un notable argayo en uno de los puntos del itinerario, a la espera de que se actúe de urgencia para evitar males mayores; del mismo modo, varios peldaños de piedra caliza -tipo "rojo Covadonga"- y losetas del trazado se encuentran rotas desde hace bastante tiempo. Y eso cerca de cumplirse el primer trimestre del año 2018, el de las efemérides.
Ya va siendo hora de acometer un sustancial "cambio de cara" a Covadonga, empezando por ese emblemático lugar del real sitio, por el cual peregrinan miles de personas, conocido como Jardín del Príncipe -con el tiempo habrá que rebautizarlo como de la Princesa de Asturias-. Perdonen, pero el Patronato Real de la Gruta y Sitio de Covadonga debería hacer lo necesario para lograr, anualmente, uno de esos planes de empleo o bien un programa Actívate para adecentar y mejorar ese singular santuario mariano. ¿Es mucho pedir? Covadonga se merece eso y mucho más.
