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la columna del lector

El necesario auxilio a la Biblioteca de Asturias

No debo de ser la única en considerar escandaloso el desequilibrio entre los presupuestos dedicados al deporte y a la música, por una parte, y el dedicado a la Biblioteca de Asturias, por otra. Según el reportaje publicado el 12-8-2015 en LA NUEVA ESPAÑA, en el último lustro la Biblioteca ha visto reducida un 90 por ciento su asignación para la adquisición de ejemplares, además de sufrir otros recortes para mantenimiento, etcétera. Los usuarios habituales de la Biblioteca conocemos bien las carencias materiales de la misma, algo que la profesionalidad y amabilidad de los bibliotecarios no pueden suplir. ¿Cómo se explica este desprecio por parte de los gobiernos hacia la cultura, entendida en el sentido más civilizatorio y humanizador del término? Está claro que sigue vigente lo de proporcionar "pan y circo" a la gente, y "circo" significa actualmente deporte, deporte y más deporte. También todo tipo de música, a cuantos más decibelios mejor. Y los políticos procuran dar a los ciudadanos lo que éstos les piden, y hacen tanto más caso a quienes son más y gritan más alto. Este mismo periódico informa a menudo de que los vecinos de tal cual barrio "exigen" un polideportivo o, si ya lo tienen, "exigen" más instalaciones deportivas. Pero tener un polideportivo en el mismo barrio en que se vive no es un derecho. Con la dotación actual de Oviedo en equipamientos deportivos, ¿no sería la envidia de la mayoría de ciudades del mundo? En cambio, los estudiantes y los investigadores que frecuentamos la Biblioteca de Asturias -no se olvide, la única que es céntrica, de fondo importante, y con servicio de préstamo- no solemos gritar ni exigir. Asistimos en resignado silencio al progresivo deterioro de la misma. De ahí el trato que recibimos por parte de los gobiernos en esta sociedad cuya prioridad es el "circo". ¿También en el caso del Gobierno entrante, que en teoría es de izquierdas, es decir, interesado por la cultura?

Me temo que ni esta carta, ni la columna titulada "SOS a la Biblioteca" firmada por Manuel Herrero (LNE 14-8-15) van a cambiar nada, porque los gobernantes sólo reaccionan cuando se protesta masivamente por algo. ¿No se podrían recoger firmas solicitando que se vuelva a atender económicamente a la principal Biblioteca de Asturias de una forma más digna, menos injusta para unos ciudadanos cuyo único pecado es querer estudiar, formarse, poder leer algún periódico del extranjero, ampliar sus horizontes mentales? ¿No podrían otros usuarios de la Biblioteca solidarizarse con ella y enviar cartas a periódicos y estamentos oficiales? Hagamos algo, que estamos en la tierra de escritores eminentes -precisamente uno de ellos da su nombre a la biblioteca-; escritores que, si levantasen la cabeza, se morirían otra vez, pero de vergüenza...

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