Cuando la pregunta que hacen "¿de dónde eres?" te surge en alguna ocasión, tú contestas: soy asturiano, y el orgullo hace que la frase engorde de alguna manera, por lo menos a mí me pasó en alguna ocasión, pero ahora, con 42 primaveras a mis espaldas y varios "desengaños" encima, me hacen reflexionar y se me originan varias dudas al respecto. No, señores, esta carta no trata de patriotismo ni nada parecido, trata sobre un caso, el mío personal, que a lo mejor o a lo peor es el caso de algún o alguna asturiano/a más.

Voy al lío. Mi padre arrastra una enfermedad de cáncer desde hace aproximadamente siete años, empezó con el colon y se extendió al hígado. Tras dos operaciones bastante complicadas le empezaron a tratar con quimioterapia, pasando por varios tratamientos, algunos que le sentaban mal y otros peor. El caso es que hace más de un mes su oncólogo, no voy a decir su nombre, nos comentó que no podía administrarle más quimio porque no le detenía la enfermedad, pero que había un nuevo producto que quizá le valdría, aunque no asegura que pudiera salvarle, pero que estaba ahí; problema: en el Principado de Asturias no lo suministran, porque, al parecer, es muy caro. Sin embargo sí lo suministran en Cantabria y Castilla y León entre otros.

En cuanto nos dijo esto mi siguiente paso fue dirigirme a la Consejería de Sanidad del Principado y escribir una carta pidiendo que por favor valoraran el asunto, de esto hace ya mes y pico y aún no recibí ninguna respuesta, y creo que no la recibiré. Pero cuál fue mi sorpresa cuando me entero de que al oncólogo que nos trata le cayó una buena bronca por dar demasiada información a los pacientes. Sí, señores, indignado y cabreado con mi propia "patria", la cuál me hace replantearme la contestación arriba indicada. Sólo sé que no importamos nada, paga tus impuestos y olvídame. Sólo quiero que se sepa lo que está pasando y que no voy a tirar la toalla. Por mi padre y por todos a los que afecta esta enfermedad directa o indirectamente.