Del "Frei Aber Einsam", que me envió el Cuarteto Quiroga, disfruté la propina, "In stiller Nacht", después de haberme estremecido en directo y por dos veces este verano, en el Arqueológico de Oviedo y en la Basílica de Llanes, con el "String Quartet Op. 51", de Brahms. "In stiller Nacht", o sea, "En la noche silenciosa", un lied, un poema breve al que se ha puesto música, en realidad una canción popular alemana que Brahms pulió; cuenta cómo en la noche silenciosa la brisa arrastra un lamento hasta el narrador, esa amargura aflige su corazón, que se deshace en lágrimas, y con ese llanto riega las flores cerradas de su jardín, mientras gimen los pájaros en sus nidos y los animales en los desfiladeros, la luna se pone y se apagan las estrellas para no alumbrar el dolor. Hoy, como Mallarmé, y en el aniversario de su muerte, no soy demócrata, me quedo del lado de los artistas y voto Quiroga.
