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Apagón en el Paraguas

La falta de conciertos en la célebre plaza

Se acerca el remate festivo de la capital y, aún con unos días por delante para hacer balance, creo que me quedaré con cierta sensación de flojera, vacío y desazón. Y recojo con esto muchos comentarios afines de gente que sí sale a disfrutar de "su San Mateo" (suyo y de todos) con la música propuesta en el cartel anual. Confieso que nunca fui del escenario de "La Ería" aun habiendo citas notables; que de cuando en cuando me acerqué en fiestas pasadas a las citas rock de la plaza Feijoo y que de la plaza de la Catedral me atraen -por profesión o por divertimento- cuatro artistas contados. Lo que sí que me provoca -a mí y a miles más- esa desazón y vacío es encontrarme desnuda de sones la plaza del Paraguas. Desposeída de su esencia natural en estas fiestas para las que siempre estuvo abierta a los músicos de Asturias y a grandes nombres foráneos. Una noche actuaban unos y otros eran espectadores. A la noche siguiente, subían los que fueron espectadores y aplaudían los que habían tocado y la sucesión se vivía durante los once días de fiesta capitalina. Esa sensación de buena música, y sí, de buen rollito, sólo creado por San Mateo de modo natural bajo El Paraguas. Los conciertos, ausentes este año. La entrada a cambios prometidos siempre tiene gran espaldarazo comenzando por la cultura pero ignoro si se viven herencias firmadas de antemano o causas mayores de falta de patrocinio. Faltan explicaciones convincentes. Un día, al menos, con música en El Paraguas cuya ausencia no hace olvidar en absoluto las propuestas ofrecidas desde El Fontán ni verbenas populares en otros puntos de la ciudad. Debe haber de todo y para todos. Sólo deseo que sea una edición mateína de impás y que en 2016 el Paraguas vuelva a vestirse con su auténtica esencia.

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