Mortadela, jamón, salchichas, salchichón, chorizo, ahumados, cecina, bacon, panceta, hamburguesas, morcillas, sabadiegos, chosco, botillo, longaniza, tocino, salami, paté, butifarra, sobrasada, salchichas de Frankfurt y de la abuela, carnes rojas domésticas o salvajes, cualquier pieza muscular, enlatados, salsas a base de carne, carnes a base de carne, volátil o de caleya, háyase o no abatido con perdigón o a besos..., café, alcohol, sacarina, refrescos con azúcar, pescados y verduras que ni te imaginas..., son tan cancerígenos como el tabaco, el amianto o una tortilla de plutonio. ¿Alternativas? Veremos si me da tiempo a contarlo, estoy amenazado por mis hábitos alimenticios y por la industria chacinera: primero, reducid su consumo, segundo..., ¡agg!, tengo ardores colorrectales..., comed apio, brócoli..., ¡ooh!, setas..., ¡me han clavado un cuchillo carnicero!..., pan integral, limón..., ¡una ambulancia!, tomate...
La mar de Oviedo