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Crítica / Música

Un trío sin fronteras

Resulta esclarecedor y esperanzador, no carente de cierta ironía, que, en estos tiempos convulsos, de pretensiones separatistas, discursos nacionalistas y reclamaciones de fronteras y deudas, el compositor catalán F. Pedrell (1841-1922) sea considerado el padre del nacionalismo musical español, tal vez por el empeño que puso en difundir, a través de su obra "Por nuestra música", la idea de que la grandeza cultural y musical de un país estaba asociada a la riqueza de su folklore y su pasado, tanto por los elementos en común como por los diferenciadores de los pueblos que lo forman. Una vez más, la música tiende puentes allí donde se quieren acentuar las diferencias. Como afirmó el pianista J. Humet, antes de interpretar como propina el "Nocturno" del músico de Tortosa, "aunque Pedrell es reconocido por todos, su obra no siempre se ha sido lo suficientemente divulgada".

Fue la buena música del Trio Pedrell y sus intérpretes los que rompieron las fronteras espacio-temporales alejándose de discursos ideológicos.

Excelente el trabajo realizado por el pianista Jordi Humet Alsius, el chelista Ferrán Bardolet Rifá y el violinista Christian Torres González, así como acertado en los "tempi" elegidos y elegante en el fraseo que resaltó la personalidad melódica de los compositores elegidos para el programa. Sobresalió el sonido conseguido por los tres instrumentos, matizado en todo momento por una dinámica utilizada con inteligencia. El violín, incisivo pero sin brusquedades, el chelo, cálido y envolvente, el piano, de sonoridad contenida y matices "nacarados".

En la "Sonatensatz" de F. Schubert, compuesta a los quince años por el vienés, se puso atención en el lenguaje clásico heredado de Haydn y el contrapunto italianizante de su maestro Salieri. En el " Trío con piano nº 2 en si menor" de J. Turina se pudieron apreciar la tradición formal clásica y romántica, el lenguaje armónico francés de principios del siglo XX y el "sabor" español a través de la asimilación de los adornos, intervalos y patrones rítmicos propios del folklore, tal y como defendía Pedrell. Conceptos musicales que los tres intérpretes hicieron suyos, en una versión colorista y llena de vida.

En la segunda parte del concierto, el "Trío con piano en fa menor" de A. Dvorak, siguió la estela del compositor checo, en la que el melodismo popular centroeuropeo fue el elemento que definió buena parte de su obra. El Trío Pedrell acentuó este carácter huyendo de concepciones academicistas y dotando a la obra de una gran flexibilidad, subrayando el material temático de origen folclórico.

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