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Necrológica

El barón de Grado en su abierto caparazón

Tras la muerte a los 96 años del abogado y empresario Martín González del Valle

Amigos que merecen amplio crédito social (Pedro de Silva, don José Álvarez Iglesias, Manolo Menéndez, Gracia Noriega, Javier Cuartas...) han firmado excelentes necrológicas de Martín, barón de Grado.

Apenas cabe añadir leve dato. A finales de los sesenta, un ataque mercantil del Banco Urquijo buscaba absorber el Banco Herrero. No había aún la legislación de las OPAS (Oferta Pública de Adquisición de Acciones) que surgió tras la pretensión de Sánchez Asiaín y el Gobierno de que el Banco de Bilbao, luego fusionado con el Vizcaya y Argentaria-Caja Postal, se hiciese con Banesto.

La normativa y la desregulación propiciarían episodios sucesivos, más o menos conocidos: la aceptación de semejante OPA hostil en la Bolsa de Bilbao, la negativa en Madrid y Barcelona, la irrupción de Conde y Abelló, el desistimiento de Pedro Masaveu, la recomposición del panorama financiero, el crecimiento espectacular del Santander dentro y fuera de España, las desapariciones del Hispano o el Central, y aún del Banco de Gijón. Aparte los aterrizajes de la Caixa y el Sabadell en el Herrero, del Bilbao en el Asturiano, del fraudulento pujolismo catalán en el Langreo-Banco de Asturias y luego el NatWest-March...

El Urquijo se había hecho con significativos paquetes del Herrero, que solo cotizaba de forma irreal en mercados secundarios, a través del Marqués de la Vega de Anzo, hermano de Martín, Cangas Herrero, primo, Ferrari Herrero, sobrino...mediante una operación fiduciaria que, pese a la condición nominativa de los títulos no se inscribirían a favor de su dueño real hasta acometer la estocada de reducir al mismo Ignacio Herrero Garralda, Marqués de Aledo, presidente del Herrero. Fueron días de alta tensión mercantil que apenas trascendieron en la prensa como hubiera sucedido hoy.

Martín González del Valle se consideró entonces afectado por un problema moral de traición a su primo Aledo poniendo a las claras la maniobra del Urquijo y de sus parientes que, tras diversas componendas, pincharía.

Más adelante, Martín accedería a la presidencia de Hidrocantábrico mientras Aledo asumía la reglamentación contraria a la acaparación de consejos de administración que conseguiría un legendario número extraordinario de "Cuadernos para el Diálogo", a cargo de José Luis García Delgado, Santiago Roldán, padre de Toni, reciente fichaje de Garicano y Ciudadanos, y Juan Muñoz (que firmaban en "Triunfo" y otras publicaciones con el seudónimo conjunto de" Arturo López Muñoz").

Es un pasaje que el propio Martín, emergente sin el mayorazgo familiar, evitó en su obligada profundidad al abordar su discurso de ingreso como correspondiente de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, dedicado a la trayectoria bancaria de la familia Herrero, y, aún más significativamente, omitió en sus memorias. Estas fueron polémicas, pues mucho se repitió su testimonio de un general Franco firmando penas de muerte, mientras saboreaba los postres de las cenas salmantinas.

Hubo, por tanto, un Martín González del Valle que trasciende a sus hagiografías, tan propias y comprensibles de estos días, e incluso a sus autobiografías. Descanse en paz.

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