Mi experiencia como Rey Mago fue extraordinaria. Por la mañana haber recibido a muchísimos niños en representación del mago Melchor me resultó gratificante y emotivo.
Fue una enorme alegría y emoción por tener la oportunidad de participar en la gran noche mágica de los niños y contribuir a hacer realidad los sueños de los niños de Oviedo. Me hizo una ilusión tremenda porque tengo mitificada la cabalgata desde niño. Ahora pude hacer felices a los neños, aunque fuera por una noche, y eso es lo más grande.
La cabalgata es una multitud de gente emocionada con la inocencia de hijos y nietos. Merece la pena vivir la experiencia.
