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La mar de Oviedo

Bucle

Los votantes hemos manifestado de aquella manera nuestro parecer en las urnas, ceñidos a las opciones que se nos presentan, que parecen muchas y tan pronto resultan insuficientes como demasiadas, y con las pobres alternativas de votar en blanco, forzar un nulo o pasar de todo y dejar de ejercer ese derecho; así las cosas, tras el recuento de las papeletas, los múltiples cánticos de victoria, las conversaciones y guasapes entre las fuerzas políticas, las visitas de los líderes a la Zarzuela y las declaraciones públicas, lo que votamos fue en balde, los políticos no llegan a un consenso para interpretar el mandato popular y podría convocarse una absurda segunda votación, en las mismas condiciones, con lo cual, si no estamos todos locos, llegaríamos al mismo resultado. El error no es de los votantes, es de la corrupción democrática, es un fallo del sistema.

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