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Una ciudad para todos

Vivimos en un país donde parece que el empresario, por aquello de que da trabajo y crea riqueza, puede hacer lo que le venga en gana, cuando ser empresario es efectivamente un modo de crear tejido social pero también una opción sujeta a restricciones de todo tipo.

Los ciudadanos de a pie rara vez nos percatamos de que con nuestra simple actitud, consintiendo que se erijan barreras arquitectónicas por doquier que a nosotros no nos afectan de manera especial, estamos discriminando a otros colectivos formados por ciudadanos que tienen, cuanto menos, el mismo derecho a disfrutar de los espacios públicos.

Así, ahora que tenemos que hacer cumplir la nueva ordenanza de terrazas, el colectivo hostelero amenaza con cierres, con dejar las calles desiertas, con mandar al paro a sus trabajadores y muchos ciudadanos se hacen eco de ese victimismo cargando contra las autoridades. Vamos, un cúmulo de despropósitos.

En lo que afecta a la accesibilidad, durante mucho tiempo las autoridades fueron, sobre todo en Oviedo, excesivamente permisivas y así, los usuarios de sillas de ruedas nos veíamos sorprendidos en cada rincón con mamparas que impedían el paso y obligaban a maniobras imaginativas y a solicitar que se franqueara nuestra marcha, obligando a la gente a levantarse y moverse. Además, se pusieron de moda los toneles, las mesas altas y los taburetes y a nadie le parecía importar que los usuarios de sillas de ruedas no pudiéramos alternar en igualdad. Tampoco a los políticos que gobernaban en la ciudad hasta que la cosa llegó a un punto que tuvo que romper.

Los distintos gobiernos municipales del Partido Popular permitieron los desaguisados pero también pusieron el punto final a los desmanes propiciando la norma contra la que ahora todos cargan.

Todo es susceptible de mejorar, cómo no, pero la ordenanza hay que cumplirla porque devolverá el uso del espacio público a los ciudadanos. Y esto no perjudicará la economía de los hosteleros, como no resultó ser una catástrofe para sus bolsillos la prohibición de fumar en los locales cerrados. Hoy, aquello es historia, como mañana lo será esto.

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