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Presidente de Otea, Hostelería y Turismo | en Asturias

La gran calidad de la hostelería del Antiguo

La mejora que el comercio y la gastronomía han aportado al casco histórico de Oviedo

Francisco Pol, urbanista y autor del plan especial del Oviedo Antiguo, en una amplia entrevista que publica LA NUEVA ESPAÑA el pasado domingo, afirmó, entre otras cosas, que en dicha zona hay "carencia de pequeño comercio, hostelería de baja calidad y poca actividad".

Seguramente se trate de una respuesta hecha de forma automática sin apenas reflexión porque, desde luego, el conjunto de la hostelería que se asienta en el Oviedo Antiguo no es, ni muchísimo menos, de baja calidad. Como tampoco lo es el comercio, que también ha sabido actualizarse sin perder la esencia.

Cualquiera que haya paseado últimamente por las calles y plazas del Oviedo Antiguo sabe de la existencia de una propuesta hostelera renovada y atractiva en lugares como la plaza de Trascorrales, con pequeños y encantadores restaurantes, que conviven con locales y sidrerías tradicionales que llevan muchos años siendo referencia de esta zona.

Hay una oferta variada en calles como Cimadevilla, Altamirano o San Antonio, donde se asientan negocios, muchos históricos, junto a otros renovados con propuestas modernas y variadas. Lo mismo ocurre con la calle Jesús o la de Pozos.

El Fontán y las calles adyacentes son, gracias a la hostelería y también al comercio, uno de los espacios más visitados y queridas por los turistas. Tienen una hostelería variada y de la máxima calidad. Pero lo mismo ocurre en Ramón y Cajal, que la hostelería la ha convertida en una zona luminosa y con mucha animación cada día.

Igual sucede en las calles Oscura y Carpio, donde encontramos restaurantes y sidrerías que llaman la atención por su calidad y buen hacer, y que han sido reconocidos, además de por los clientes, por gastrónomos y críticos que los han visitado. Unos establecimientos que, precisamente por su calidad, han dado nueva vida a estas calles.

Y en el ámbito nocturno, podría hablar de la amplia y diferente oferta de establecimientos que sirven para la distracción de los jóvenes actuales, como lo hicieron para la generación de sus padres, haciendo historia, una magnifica historia, del ocio nocturno de Oviedo.

Todos ellos merecen el respeto y reconocimiento. Desde Otea, Hostelería y Turismo de Asturias, así lo reivindicamos porque decir que esta hostelería es de baja calidad, no solo no es cierto, sino que es totalmente inmerecido e injusto.

El Fontán y muchas zonas del casco antiguo fueron, años atrás, foco de delincuencia y vandalismo. Hoy, en nuestro casco antiguo predomina la seguridad y la limpieza y solo en contadas ocasiones se producen hechos negativos, causados por hechos ajenos a la hostelería, como la falta de educación y la práctica del "botellón". Para atajarlo, debemos trabajar con un plan estratégico de forma coordinada entre Otea y el Ayuntamiento, con el fin de promover un ocio sano.

Nos entristece que se cuestione ahora el casco antiguo, cuando en estos momentos es fuente de puestos de trabajo y generación de riqueza. Un factor que hace especialmente acogedoras y vivas a las calles del Oviedo antiguo son las terrazas; ahora muchas de ellas desaparecen por la nueva normativa.

Precisamente, el pasado domingo, en LA NUEVA ESPAÑA, Javier Cuervo hizo una magnífica crónica del casco antiguo de Oviedo y de su hostelería, evocando locales legendarios que representan una parte de la reciente historia del ocio en Oviedo. Un espacio que es un lujo para la ciudad.

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