Pasé la noche del sábado en Ribadesella, en Pín de Pría 7, un primero en venta, frente a la playa de Santa Marina, para pescar roballiza por la ventana, esquina Ricardo Cangas, al lado del Albergue Roberto Frasinelli, casi en la Punta del Arenal, a la vuelta de la Pizzería de Pepe, sito en la plaza de Jovellanos. Estoy cambiando eso de salir al calamar para levantarme tempranín e ir a las tahonas. De manera que, al alba, salí por Ricardo Cangas, continué por Dionisio Ruisánchez y la Carretera de San Pedro, pasé la rotonda del dinosaurio pelado y, ya iniciando la subida a Tereñes, entré en la Panadería Maos para comprarle pan de maíz y una empanada de pulpo a Javier Blanco, que me atendió, y con lo que merqué volví por mis pasos para desayunarlo con Asun Cavallé y compañía, con su mermelada de figos y buñuelos del Ampurdán. ¡Viva Cataluña la Vieja!
