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La Semana Santa en Oviedo: libertad religiosa, laicismo y cristianofobia

Un reflexión ante la polémica entre el Ayuntamiento y la Junta de Hermandades por la falta de respaldo para organizar y anunciar las procesiones de las cofradías

En una tertulia en la que se dialogaba sobre temas religiosos, uno de los presentes hizo la siguiente pregunta: "¡Pero bueno! (...) ¿En qué consiste ser cristiano?". Esta misma pregunta se la hicieron muchos ciudadanos del mundo greco-romano viendo la expansión del cristianismo, en los primeros siglos de la era cristiana. Este interés queda reflejado en la conocida como "Carta a Diogneto", una epístola escrita en Atenas en el siglo II a modo de informe sobre las creencias y modo de vida de los primeros cristianos. En este documento, incluido en un códice hallado en el siglo XV, se dice: "Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.

Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben (...). Tienen la mesa en común, pero no el lecho. Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo (...). Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad (...)".

Si todos nos comportásemos así, se produciría una revolución capaz de sacarnos de la crisis moral que asola la sociedad occidental; de una crisis moral que es la base del resto de las crisis, incluida la política. Pero como en los primeros siglos, los cristianos no son bien vistos actualmente. Cada vez son más frecuentes las noticias que hablan de ello. Este fenómeno es conocido con el término "cristianofobia". Sus síntomas iniciales consisten en una irritación ante cualquier referencia a lo católico y a la Iglesia. Si no se controlan estos sentimientos, puede apoderarse del sujeto una fobia a todo lo relacionado con los símbolos cristianos pudiendo, incluso, llegar a la violencia.

El estado español es laico y aconfesional desde 1978. En España hay libertad religiosa. En este ambiente de libertad donde cualquier ciudadano independientemente de sus creencias o falta de las mismas, tiene los mismos derechos y las mismas libertades, es la verdadera laicidad, la "laicidad positiva", pues no hace falta ser creyente para defender y compartir los valores humanos.

¿Pero que está pasando en Oviedo con la Semana Santa? Por los artículos que han aparecido últimamente en LA NUEVA ESPAÑA, da la impresión de que en el Ayuntamiento de Oviedo hay un predominio de concejales que podríamos encuadrar dentro de la ideología "laicista", que considera que la situación normal y deseable del ser humano es la falta de creencias. Si su ideología, que también lo es, no tuviera otras pretensiones, sería compatible con nuestra Constitución, ya que en el artículo 16 se dice que "se garantiza la libertad ideológica y religiosa". Pero el problema es que el "laicista" pretende imponer su visión antropológica a los demás. Para los "laicistas", el católico es irracional, ignorante y supersticioso, y el catolicismo, una rémora para el progreso y la convivencia. Las acciones que se están detectando, dirigidas a neutralizar lo más posible la cultura cristiana, son manifestaciones de esa mentalidad.

Contextualizada así, la reacción del Ayuntamiento al no apoyar la financiación de los carteles anunciadores de la Semana Santa, cuando previamente se había comprometido, es coherente con su ideología "laicista", ya que su negativa se decidió tras comprobar que en dichos carteles iba un escrito del Arzobispo y un calendario de los actos litúrgicos. Aunque en LA NUEVA ESPAÑA del pasado 18 de marzo, afortunadamente, una concejala se disculpó diciendo que fue "un mal entendido".

¿Cuál ha de ser el comportamiento de los cristianos ante el incremento de la dificultades que se avecinan? No hay que olvidar que las contrariedades siempre estarán presentes, pero que de ellas se sale reforzado. A pesar de las pegas para exponer el Belén en la plaza de la Catedral en las últimas Navidades, resultó ser el más visitado de España. Ante la falta de colaboración oficial para representar la pasión en las calles de Oviedo en esta Semana Santa, se han incrementado las inscripciones en las cofradías. El objetivo fundamental de este escrito es mostrar a los lectores la "Carta a Diogneto". Tras su lectura, no es de extrañar que tras el Vaticano II los padres conciliares propusiesen como modelo a seguir la forma de vida de los primeros cristianos.

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