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Portavoz de IU

La banalidad del mal

Lo que está ocurriendo en Europa con los refugiados no tiene nombre, o quizá sí. Podríamos denominarlo "vergüenza" pero las imágenes que vemos cada día en campamentos como el de Idomeni (Grecia) dicen mucho más que eso.

No podemos mirar hacia otro lado. Por eso hemos pedido que se retire la bandera de Europa del Ayuntamiento, es un gesto simbólico que busca visibilizar un rechazo a una institución que ha caído en la indecencia y se ha olvidado de la humanidad. El asunto de los refugiados es una consecuencia de las políticas que esta Unión Europea realiza en servicio de los grandes intereses empresariales y geoestratégicos, como el Tratado de libre comercio denominado TTIP que, si se aprueba, acabará fulminando los derechos humanos en el continente.

La Europa de los valores de la revolución francesa ha muerto y esta Europa recuerda más a "la solución final" que llevó a cabo la extrema derecha en los años treinta y cuarenta del pasado siglo. No se puede tolerar que haya deportaciones de gente que se refugia de guerras que nosotros provocamos como si fuera material de desecho.

Las reuniones que se están llevando a cabo para negociar este tratado entre la UE y Turquía, recuerdan a lo que Hannah Arendt denominó "la banalidad del mal" donde denunciaba cómo los burócratas del régimen nazi, con Eichmann a la cabeza, asumieron la crueldad y el exterminio con la frialdad de la burocracia.

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