La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Diseñador industrial e integrante de Oviedo SOS Cultura

De rastros y regulaciones

Sobre la situación del mercadillo del Campillín

Antes de meter mano al rastro del Campillín sería bueno analizar el funcionamiento de mercados similares en otras capitales europeas. Y es que restringir el acceso a puntos de venta en los rastros, hace más ineficazes y menos diversos este tipo de mercados. Ciudades como Berlín, Londres, París o Viena tienen numerosos mercadillos dedicados a libros, ropa, antigüedades, nuevos diseños, productos caseros o los "mercados de las pulgas", muy parecidos a nuestro rastros. Forman parte del atractivo de estas ciudades, y las autoridades municipales, lejos de ponerles trabas, los miman.

El rastro del Campillín es un mercado histórico, que data de principios del siglo XX, aunque tuvo un largo paréntesis tras la Guerra Civil. Es un rastro muy valorado, tanto por aficionados y visitantes como por profesionales del coleccionismo. Además aporta a la ciudad una riqueza social, cultural y urbana que debemos poner en valor, y que es uno de los grandes atractivos del domingo ovetense, también desde el punto de vista turístico. Es un punto de encuentro y disfrute para todas las generaciones, y la convergencia cultural que se forma en el eje dominical Fontán-Campillín es única en Asturias. Medioambientalmente es una máquina perfecta, muy por encima del reciclaje tradicional o del punto limpio. Convierte los desechos de la ciudad, sin costes energéticos ni materiales, en bienes de consumo a buen precio.

No creo que sea negativa la la regularización del rastro del Campillín, siempre y cuando sea para aumentar la actual riqueza y diversidad del mercado, con medidas como hacer públicas la forma de acceso a un punto de venta, haciéndolo de libre concurrencia, dejando mesas para jóvenes diseñadores o emprendedores que quieren ofertar sus productos, abriéndolos a personas que esporádicamente quieren vender objetos personales, o a asociaciones que quieran hacer mercadillos con fines sociales. Oviedo también debería apostar por hacer mercadillos similares en otras partes de la ciudad, por impulsar mercados temáticos, por ejemplo, de obras de arte o de libros escolares. Son medidas que favorecen la reutilización y el comportamiento cívico y las conductas no consumistas, y que la ciudad debe alentar. Oviedo debería además impulsar estos mercados con conciertos al aire libre, puestos de comida como "food trucks" y con licencias para hacer mercadillos en otros puntos de la ciudad. Junto con ello, nuestra ciudad debe dar un mayor reconocimiento al mercado de verduras del Fontán. Los huevos de casa y los quesos artesanales no pueden ser perseguidos como si fueran sustancias peligrosas. El futuro de nuestra ciudad debe construirse mirando a lo mejor del pasado y de su tradición.

Compartir el artículo

stats