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Concejala de Somos y exdirectora de Cáritas Asturias

En defensa del papel de Cáritas

Sobre la función de los servicios sociales públicos y la de las entidades de caridad

No soy política de profesión. Soy médica. Ocupo desde hace unos meses la concejalía de Educación, Deportes y Salud del Ayuntamiento de Oviedo, a donde no llegué por afán de protagonismo personal, ni por partidismo alguno. Soy independiente, no milito en ningún partido, pero me uní al proyecto de Somos Oviedo porque, desde mis distintas experiencias sociales, entre ellas ser la directora de Cáritas Asturias durante dos años, pude comprobar que las administraciones no estaban haciendo lo suficiente frente al enorme dolor social provocado por la crisis. Fui consciente de que había que construir una alternativa desde la administración pública y, estando ya jubilada, me puse manos a la obra para aportar en lo que fuera posible.

El coste personal de esa decisión está siendo alto. Es imposible entrar en la vida política española y quedar al margen de la controversia y la polémica, algo que asumo, pero en lo más hondo me duele que se atice ante la opinión pública la desconfianza y el enfrentamiento entre personas que buscan lo mismo: que todas y todos tengamos una vida digna con unas necesidades básicas garantizadas por unas políticas públicas que prioricen los derechos de las personas.

Participo de un proyecto plural, que defiende entre sus principios la separación entre la Iglesia y el Estado. Como cristiana tengo el máximo respeto al resto de confesiones religiosas y a los ciudadanos y ciudadanas no creyentes, por eso esta separación no supone ninguna agresión a mis principios. Creo en la justicia social y en el papel del Estado para redistribuir la riqueza y paliar la desigualdad social. Por eso defiendo unos servicios sociales que atiendan desde lo público las necesidades de los ciudadanos. Que se intente utilizar esta profunda convicción como un arma arrojadiza contra Cáritas en distintos titulares periodísticos es algo que me duele en tanto que exdirectora de esta entidad, ciudadana y cristiana. Cáritas, y muchas otras iniciativas de ongs y ciudadanas, tienen por delante, por desgracia, una ingente labor que no se contrapone con la existencia de unos servicios sociales públicos concebidos como derechos del conjunto de la ciudadanía.

La existencia de personas implicadas en la lucha contra la desigualdad no puede ser una excusa para que la Administración haga dejación de sus funciones. Eso es lo que intenté trasladar en una asamblea de Somos a preguntas del público asistente, jamás un ataque a la labor de Cáritas o un deseo de socavar su excelente trabajo.

Como ciudadana y como cristiana seguiré denunciando las falsas e interesadas polémicas. Con todos los respetos creo, además, que no es de recibo sacarse fotos en los actos religiosos, con la Cocina Económica o con la propia Cáritas, entidades que junto con otras iniciativas como los desayunos del Ca'Beleño realizan una encomiable labor, mientras se debilitaban los distintos servicios sociales de carácter público, se recortaban derechos y libertades o en Oviedo se aprobaban ordenanzas para criminalizar la mendicidad.

Desde Somos Oviedo trabajaremos, y es un objetivo enorme que rebasa nuestras capacidades municipales, para que ninguna o ningún ovetense tenga que recurrir a la caridad o a la solidaridad ciudadana para cubrir sus necesidades. Para eso pagamos impuestos. Para eso nuestro país suscribió en su día la Carta de los Derechos Humanos.

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