Mi madre, mi hermano y yo, así como la familia que en todo momento nos acompaña en este duro trance al que tenemos que enfrentarnos por la muerte terrible de mi padre, queremos hacer pública nuestra gratitud a todos los que nos han apoyado y manifestado su cariño a lo largo de estos días.
Queremos empezar por los compañeros bomberos, los sanitarios, los policías, los trabajadores y las autoridades que se habían desplazado al lugar del incendio para trabajar juntos en su extinción. Nos gustaría conocer y dar, uno por uno, el nombre de estas personas para expresarles nuestro agradecimiento, pero, aun resultándonos imposible, vamos a referirnos especialmente a su compañero y amigo Juan Carlos Fernández, "Cuni", que se enfrentó al incendio hombro con hombro junto a Eloy en primera línea de fuego hasta el último momento, y que resultó herido en el fatal accidente. También queremos destacar y agradecer el valor de los compañeros que entraron a rescatar a Eloy y de todos los que lucharon por salvar su vida, por desgracia de forma infructuosa.
Damos también las gracias a las autoridades y trabajadores de organismos que desde el primer momento se han puesto a nuestra disposición y, yendo más allá de la pura gestión institucional, nos muestran su cercanía y nos ayudan haciéndonos menos penosas las gestiones, empezando por el Ayuntamiento de Oviedo y su Cuerpo de Bomberos, y siguiendo por los Juzgados, el Instituto de Medicina Legal o la mutua de accidentes de la Seguridad Social Ibermutuamur. También nos acompañaron durante el funeral, compartiendo nuestro dolor junto a tantas y tantas personas que se acercaron a reconfortarnos, mandaron flores o enviaron muestras de apoyo. Especialmente emocionante y significativa resultó para nosotros la comitiva de bomberos formada por sus propios compañeros de turno, unidades de Asturias y de toda España que, en uniforme de trabajo, presentaron sus respetos y escoltaron a Eloy durante el funeral.
Sabemos que fueron muchos los acontecimientos culturales y deportivos de todo tipo, las iniciativas espontáneas y populares en las que se colocaron flores, se guardó un minuto de silencio o se tuvo un especial recuerdo para Eloy de diferentes modos, algo que se extendió a las redes sociales de forma multitudinaria. También enviamos nuestro agradecimiento a todos aquellos que participaron de nuestro duelo por esta vía.
Es digno de mención también el cuidado e incluso el cariño con el que los medios de comunicación trataron y siguen tratando el suceso. Esperemos, por último, que la desgracia ocurrida no alimente enfrentamientos personales, sino que impulse la mejora de las condiciones en que los bomberos, y todos los que velan por nuestra seguridad, trabajan por el bien público aun a riesgo de sus propias vidas.
