Querido Alberto:

Desvelada ya, por esta respuesta mi condición de amigo desconocido? procedo: hace unos meses, los periódicos y las redes sociales se hicieron eco con abrumadora y divertida mofa de la rehabilitación de la "Torre Pajarete", en el pueblo de Castillo de Motrera. Recientemente tal proyecto ha sido nominado al prestigioso premio "Architizer A+ Awards" entre cuatro proyectos de todo el mundo, dedicado a la mejor propuesta de rehabilitación de monumentos históricos.

Coincidiendo en el tiempo, el Museo de las Artes de Asturias era denostado por gran parte del vecindario, incluidas gentes muy principales, el Colegio de arquitectos de Asturias, le otorga el primer premio en la disciplina de rehabilitación del año, 2015.

Esta escandalosa disparidad de criterios, debe obligatoriamente ser objeto de una reflexión profunda, que por supuesto excede a la intención de este artículo.

Por otra parte, no es infrecuente encontrar intelectuales de alto nivel cultural, que se avergonzarían por no saber reconocer un cuadro de Matisse o de Miró y que a la vez confiesan sin recato no saber quién es Richard Neutra o Walter Gropius. Esto constituye una llamada al asombro y a la preocupación.

Esta circunstancia es difícil de entender, dado que la Arquitectura hunde sus raíces en la función social. La Arquitectura acomoda y ordena todas las actividades habitacionales de la vida del hombre, desde las domésticas a las de relación, comercio, cultura, deportes? Resulta inconcebible el desdén por lo que inevitablemente nos rodea.

Vamos con el Museo: te invito a un corto paseo imaginativo (odio lo virtual) por la Rúa hasta la plaza de Alfonso II. También por razones de espacio, dejaremos para la siguiente entrega la visita al interior del Museo, donde analizaremos los vacíos y los volúmenes interiores y sus interrelaciones: penetraremos en el espacio digestivo del Museo.

En el recorrido iniciático, vemos que a partir de Casa Oviedo-Portal, se inicia la intervención de Mangado. Observamos el respeto del arquitecto por conservar el estado actual de la línea de cornisas, retranqueando la nueva cubierta, a fin de no perturbar su perfil primitivo: el que da carácter a una calle tan preeminente y entrañable, y tan importante para la convivencia de anteriores generaciones. Parece ser, además, que en tal rúa estuvo ubicado el primer ayuntamiento de la ciudad, por mandato y empeño de Isabel la "¿Católica?". Vemos cómo se desnuda la arquitectura, desposeyéndola de carpinterías y balaustres, pues en la nueva función nadie se va a asomar a esos balcones y a nadie hay que proteger con las desaparecidas barandillas forjadas. Esta actitud se contrapone en concepto con la anterior intervención en la Casa de los Portal, donde hasta la simulación de visillos hace temer la aparición siseante de un personaje de la Regenta. Esto sí es "tramoya zarzuelera", como llaman mis amigos a la actuación de Mangado? . En Arquitectura la verdad es el eje diamantino sobre el que gira la profesión honesta.

La inclusión de un edificio de moderna tecnología, emergiendo del caparazón de antiguas construcciones es una actitud arquitectónica ampliamente aceptada desde el congreso de Ciam de 1933 en Grecia, la llamada "Carta de Atenas", cuyas conclusiones se han incorporado a las ordenanzas de la mayoría de las ciudades del mundo civilizado, incluidas las de nuestra ciudad, por tanto no debe escandalizarnos ni hacernos dudar de la ortodoxia del proyecto.

La exquisita sensibilidad y valentía del proyectista al escoger como elemento de fachada el aluminio y el vidrio translúcido, pero no translúcido, con sus reflejos y luminosidades cambiantes, ya es señal inequívoca de que el arquitecto quiere mostrar sin tapujos que está construyendo un nuevo Museo dentro de unas formaciones arquitectónicas consolidadas de las que el ciudadano tiene derecho a reclamar como memoria visual de su pasado.

El edificio que da esquina a la plaza (obra del arquitecto La Guardia), también ha sido intervenido. En él se respeta y se limpia la bella mampostería concertada de caliza labrada, que ocupa la planta calle. El resto de pisos carece de esa calidad, pues está construido con mampostería basta y piedra artificial moldeada e impostada ? y se les trata con una sutil pintura gris, para conseguir el recuerdo pétreo. Asimismo se suprimen los miradores de madera muy deteriorados y desde donde nadie va a mirar nada.

Aquí termina el corto paseíllo por el exterior del Museo, quizás te parezca banal e incluso frívolo, a pesar de que creo que contiene afirmaciones de calado, pero, amigo Alberto, es lo que hay. Lo que a mí me resulta insoportablemente frívolo es juzgar la arquitectura por su vestido.

Me hace recordar tristemente, a ese nuestro Nobel más plúmbeo, el que obligó a decir a su personaje Crispín: "Señor, lo importante es parecer y el vestido... (tú ya me entiendes) es lo primero que parece". ¡Qué desvergüenza!

Querido Alberto hasta la próxima entrega. Nos vemos dentro del palacio.