Más que de Pentecostés hoy es domingo de transistores. En Primera se jugaron la liga (escribo esto sin saber el resultado) el Barcelona y el Madrid, ambos abusones fueron a Granada y a La Coruña, y aunque no soy de ninguno deseo que pierda ese club que dice ser más que un club; ningún sostén al soberbio. El Sporting se juega el descenso contra el Villarreal, pendiente de lo que ocurra entre Betis y Getafe; si fuera sportinguista, que no lo soy, desearía que ganasen los rojiblancos y los verdiblancos. En Segunda, el Oviedo debe ganar al Mirandés, y el Alcorcón al Alavés, y el Numancia al Zaragoza, y el Bilbao Athletic al Osasuna y en el Nàstic-Leganés han de perder los dos. Y, lo más importante, en Tercera juega el Praviano contra el Condal, allí estaré, ¡hala Praviano! No obstante, barrunto que aunque viniera Dios del monte Sinaí, hoy el Espíritu Santo no va a posarse en todas las insignias que deseo.
