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Alcalde de Oviedo

"Villa Magdalena", ¿un error sin mala fe?

Una reflexión sobre la operación de la finca de la avenida de Galicia

El tiempo es inexorable, da y quita razones poniendo las cosas y a las personas en el lugar que les corresponde. En Oviedo, el tiempo y la Justicia han puesto en evidencia la desastrosa gestión de Gabino de Lorenzo y el Partido Popular en el proceso de expropiación de "Villa Magdalena". El resultado final es que cada familia ovetense pagará de su bolsillo al menos 1.200 euros por el palacete y las finanzas municipales recibirán un tremendo mazazo de más de 10 mil millones de las antiguas pesetas.

La sentencia del Tribunal Supremo ratifica la forma chapucera con que el PP ha administrado el patrimonio municipal durante 24 años. Y así, un palacete que Comamsa compró por menos de 3 millones de euros, y ni siquiera llego a usar, nos costará 20 veces más. El gabinismo ha expoliado sin rubor un Ayuntamiento que acumula grandes pufos millonarios y que aún tiene pendientes de saldar judicialmente otras losas económicas.

Durante décadas ciudadanos particulares, colectivos sociales y fuerzas políticas de la oposición advirtieron una y otra vez a los sucesivos gobiernos de Gabino de Lorenzo y el PP del riesgo que para Oviedo tenían sus decisiones sobre el palacete. La soberbia, la cerrazón, la fanfarronería y los intereses creados provocaron siempre respuestas arrogantes y plagadas de insultos.

Hoy nuevamente se quiere tapar con bravuconadas, al igual que ocurrió en el mes de julio de 2011. Entonces, en un artículo publicado en este mismo periódico titulado "'Villa Magdalena': ¿Dónde está Gabino?", yo lanzaba algunas preguntas: ¿Por qué Del Fueyo compró "Villa Magdalena" si según el PGOU eran terrenos de interés para uso público y expropiables? ¿Por qué Gabino decidió expropiar y no aseguró la operación? Al mismo tiempo que le exigía al entonces Alcalde que diese la cara y asumiese su responsabilidad. La respuesta a esas preguntas la dio al día siguiente el concejal Caunedo, a la sazón portavoz de Gabino, con otro artículo, 'La conjura de los fracasados'. El problema, al igual que hoy, no era "Villa Magdalena", el problema éramos los ciudadanos que teníamos la osadía de preguntar y la respuesta, al igual que hoy, era el silencio o el insulto. Ésa ha sido y sigue siendo una de las señas de identidad de la cultura del gabinismo.

Hoy el destino nos ha llevado a que uno de aquellos 'ciudadanos fracasados', según el gabinismo, sea alcalde de Oviedo y así llegamos al último episodio de la triste y desastrosa historia de "Villa Magdalena", donde al igual que ayer unos continúan su huida hacia delante galopando y blandiendo amenazas e insultos como único argumento. Otros, sin embargo, prefieren hacer mutis por el foro y esconderse ante una realidad tozuda que golpea a la puerta exigiéndoles explicaciones y responsabilidades. Ninguno afronta la verdad vergonzosa de una administración caciquil, que hoy recae sobre los bolsillos de los vecinos y vecinas de Oviedo, que somos los que al final pagaremos los "errores sin mala fe".

Resulta de una hipocresía intolerable que quienes tomaron las decisiones cruciales se laven ahora las manos como si no fuera con ellos, cuando en más de trece ocasiones se les reclamó que no siguieran por ese camino. La conclusión es obvia: quien la haga que la pague.

Como Alcalde mi primera tarea es y será siempre mirar por los intereses de todos y todas los ovetenses y así lo haré, pese a quien le pese. El equipo de gobierno que me honro en presidir asumirá esta herencia envenenada del gabinismo y la gestionará tratando de que el impacto sobre los servicios municipales sea el menor posible. Emprenderemos las acciones necesarias para tratar de que los responsables de la nefasta gestión en el proceso de "Villa Magdalena" asuman con su patrimonio lo que el pueblo de Oviedo no debería pagar. Sabemos que las evidencias de comportamientos corruptos no son suficientes ante los jueces, que son necesarias las pruebas que no siempre están disponibles, pero también sabemos que una más de nuestras obligaciones es impedir que un solo euro se vaya por la alcantarilla.

Por eso el equipo de gobierno peleará hasta el último euro en éste y otros procesos que puedan venir como consecuencia de los caprichos que marcaron la política de Oviedo durante 24 años. Nosotros seguiremos trabajando para los vecinos y vecinas aunque unos relinchen, otros callen y ninguno sea capaz de asumir las responsabilidades de lo que hizo.

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