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Exalcalde y portavoz del PP

Doce meses perdidos para Oviedo

Las consecuencias de un gobierno sin proyecto de ciudad ni capacidad de gestión

En unos días se cumple un año desde que el actual equipo de gobierno tripartito tomó posesión en el Ayuntamiento de Oviedo. Un año fruto de un susurro que le salió caro a la ciudad. Nunca un susurro costó tanto: un año perdido para Oviedo.

Estamos ante un espectáculo permanente de conflictos gratuitos y, lo que es más grave, ante una clamorosa ausencia de proyecto. Una ausencia de proyecto que les lleva a tener que improvisar semana a semana para llenar su agenda política, porque eso es lo único que parece que les preocupa, cumplir su objetivo político, competir entre ellos a ver quién manda más, quién sale más veces en la foto y quién obtiene el titular más grande. Una pobre visión de corto plazo, sin estrategia de ciudad.

Un año de abandono de la innovación, del emprendimiento y de la economía de la cultura como señas de identidad de Oviedo. Se desconocen nuevos proyectos de desarrollo urbano, o nuevos proyectos de desarrollo económico que puedan generar empleo. Esta falta de ambición y de proyecto nos está empujando a perder el tren de la modernidad en el que esta ciudad estaba subida.

Desde el Grupo Popular estamos haciendo una oposición responsable, conscientes de lo que hay que mejorar, y también conscientes de la herencia que dejamos, de toda la herencia, sobre todo de la mejor red de centros sociales de España, de la ciudad más limpia, la que sus ciudadanos valoran con mejor calidad de vida, la más segura, la más transparente y la que tiene una de las mejores situaciones financieras que le da capacidad para mantener su solvencia y hacer frente a las obligaciones sobrevenidas. Esto no se puede perder.

Nuestra actitud es tender la mano y buscar acuerdos, como ha quedado sobradamente demostrado tanto en la pasada legislatura como en la actual, y partiendo en cada una desde una posición distinta. Pero quien no alcanza acuerdos dentro de su equipo de gobierno difícilmente puede hacerlo con la oposición. Los miembros del tripartito no tienen capacidad de diálogo ante posturas diferentes y, con esa carencia, no se aprovecha ni su pluralidad interna, que se convierte en división, ni la que podrían conseguir si sumasen la pluralidad que les aportaría no solo la oposición, sino toda la sociedad.

Desde el principio vimos que no había proyecto de ciudad ni capacidad de gestión y, un año más tarde, lo hemos constatado. No hay sintonía ni con la ciudad ni con sus tradiciones. Hay falta de dedicación a los aspectos que necesitan impulso político para avanzar, desconexión con las necesidades vecinales, alejamiento de los agentes sociales y separación de los proyectos de futuro. Oviedo ha dejado de participar en los foros nacionales de desarrollo del municipalismo y se está quedando aislada por falta de capacidad del gobierno local para generar participación en y con las instituciones.

Oviedo no se merece esto. Oviedo se merece un gobierno que le escuche, que tenga claro el rumbo y que sepa garantizar su futuro como ciudad competitiva en un mundo de ciudades. Nosotros estamos trabajando para recuperar la confianza que nos permita volver a dirigir la ciudad de la mano de su sociedad. Tenemos que recuperar la ilusión de los ovetenses para que ese cambio en positivo sea una realidad. Tenemos muchas fuerzas, capacidad de trabajo y pasión por un futuro mejor para Oviedo.

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