Me ha sorprendido la aparición en Oviedo de unas octavillas en las que se anuncia una presentación de la HOAC en el salón parroquial de San Francisco de Asís. ¿Qué es eso de la HOAC? Empecemos por apreciar que el movimiento que ahora se "presenta" cumple este año la friolera de 70 años, casi todos entre nosotros. Estamos, pues, ante una especie de refundación de una organización que tuvo un sustancial florecimiento en Asturias.
El acontecimiento me parece positivo al entender que la nueva Hermandad Obrera de Acción Católica, abreviadamente HOAC, será un movimiento acorde con el momento eclesial y social que nos toca vivir hoy, muy diferente sin duda, de aquel que le dio sentido en sus momentos aurorales.
La HOAC, como la JOC de origen belga (su fundador, Joseph Cardijn, estuvo en Oviedo años después) y aún las jesuíticas Vanguardias Obreras, supusieron en aquel tiempo una crítica a un catolicismo conformista que ya parecía demandar un Concilio. Pero, por curioso que parezca, el verdadero origen hay que buscarlo en una iniciativa del último Papa hierático y supuestamente conservador a ultranza como fue Pío XII.
Entre nosotros, el hombre clave fue el ingeniero converso Guillermo Rovirosa. Este periodista recuerda nombres como los de Rosendo Riesgo, ya fallecido, y José Iglesias, entonces responsable de la Escuela Social en la calle Campomanes y hasta hace poco capellán de las Esclavas de Oviedo, hoy felizmente viviente con muchos años encima. También, seglares de fuerte personalidad e influencia, caso de José Antonio Fernández, el gran "Pinón"; Ramiro Fernández, Silvino Zapico y muchos más.
Las publicaciones de estos movimientos, como "Juventud Obrera" y el semanario "Tú", ejercieron una gran influencia y dieron muchas preocupaciones al régimen político. En los actos y concentraciones de Oviedo se escuchaban himnos reivindicativos, y a veces ingenuos, como: "Que un perro aguante / de buen talante / cuarenta pulgas / es natural / más si le ponen / cuatro millones / el pobre perro / acabará mal". Años también del método de encuesta, tomado de los belgas, para analizar los problemas de la actualidad, con sus tres pasos de ver, juzgar y actuar.
Los movimientos obreros católicos de entonces tuvieron mucho protagonismo y, por las características históricas, una deriva casi inevitable hacia la reivindicación y el temporalismo. Muchos de sus militantes nutrirían en la transición las filas UGT, Comisiones y USO. Que uno recuerde, la HOAC tuvo su sede central en la plaza del Ayuntamiento ovetense.
Con sus luces y sombras, uno piensa que el balance de estos movimientos fue sin duda positivo. Y su actual revitalización con la presentación del jueves en Oviedo supondrá sin duda una puesta al día de este histórico movimiento obrero, de sus métodos y sus objetivos.
