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Concejala de Somos y primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oviedo

Oviedo, más limpia

La confirmación de la condena al exjefe de la Policía Local

Hay tardes en las que, de pronto, descarga una tormenta que consigue limpiar el aire contaminado. Esa sensación me produce la sentencia del Tribunal Supremo que ratifica la condena a dos años y siete meses de cárcel a Agustín de Luis Criado, que manejó durante décadas con mano de hierro y absoluta impunidad la Policía Local de Oviedo. Cae Agustín de Luis, un personaje clave en la construcción del ruinoso edificio gabinista, por hacer algo que a él debe parecerle completamente natural: traspapelar un atestado que no le gustaba.

El mismo que construyó una galería de tiro ilegal, por su cuenta y riesgo en el cuartel de Rubín, donde abrió también un bar sin autorización; el de las 200.000 balas pagadas con dinero público que nadie logró encontrar; el que dejó el puesto durante unos años perseguido por escándalos pero siguió cobrando un sueldo de ministro como asesor de Gabino de Lorenzo, sin ir a trabajar; ese hombre es el que creó en un servicio público, la Policía Local de Oviedo, el ambiente irrespirable que hizo posible uno de los casos de acoso machista más sangrantes que ha sufrido mujer alguna en este país. El caso de Mercedes García, que se prolongó durante años y que ha acabado también con condenas a varios mandos intermedios del cuartel, muestra hasta qué punto los valores democráticos y de justicia, respeto y equidad fueron pisoteados en Oviedo durante la época del gabinismo con completa impunidad.

Una sentencia del Supremo sitúa, por fin, en la realidad democrática a Agustín de Luis, y nos enseña a todas y todos que nadie está por encima de las leyes. Llega cuando otros dos fallos judiciales, el de Villa Magdalena y el del Calatrava, definen con claridad lo que fueron aquellos años de despendole a costa del dinero público, una fiesta cuya resaca pagan otros. Muchas ciudadanas que decidimos dar el paso e implicarnos en política fue precisamente para hacer frente a eso, al abuso por parte de unos pocos de lo que es de todos. Desde la mesura y la responsabilidad trabajamos junto con las buenas y buenos ciudadanos de Oviedo para rehacer este desaguisado, para erradicar estas prácticas y para pasar del "qué guapo está Oviedo" al "qué guapo y qué decente es Oviedo".

El Supremo ratifica la condena a Agustín de Luis y Oviedo, por eso, es para todos los demócratas, hoy una ciudad más limpia.

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