Hay quien me reprocha el empeño que Celso Peyroux, La Asociación de Vecinos, La Voz de Trubia y yo, entre otros, ponemos en favor de la readmisión de los 55 de Trubia.

No es tozudez ni oportunismo sino pura consecuencia. Hace ya casi dos años que he dejado responsabilidades parlamentarias mas no puedo olvidar que fue una de mis fatigadas pretensiones que sigo siguiendo en su derrotero.

Los trabajadores de Tenneco y del Hotel León, con los que me compenetré, fueron atendidos. Los ya mis buenos amigos de Porceyo, en particular, encontraron soluciones que todavía llegan a hoy con esperanza de futuro; los de Trubia, sin embargo, sufren el empecinamiento de General Dynamics y del Ministerio de Defensa. Otros parecen darse mus, jugada de envite pasivo harto temeraria.

Simple ciudadano, que ha ejercido responsabilidades públicas de cierta envergadura y representación, me siguen preocupando pelotazos como el llamado de "Villa Magdalena" y, aunque con información menor de mi parte, los de Calatrava y Asturcón que angustian, por sus cifras de deuda, a los conciudadanos conscientes.

¿El abandono de la Fábrica de la Vega tiene el mismo rango de deficiente gestión que "Villa Magdalena" o Calatrava? Para mí sí, con todos los respetos a quien de buena fe opine diferente. Forma parte de esa incapacidad gestora global de los intereses de la ciudad, que en algún momento se aproxima, unas veces por acción y otras por omisión,en la disyuntiva que señalaba el viejo Código Penal, a la administración criminal de la res publica.

Estamos ante situaciones políticas y económicas muy delicadas, no sólo por el "Brexit" y la necesidad de establecer un gobierno fuerte, pareciendo quizá el de los 55 objetivo limitado para un cartesiano irredento. Creo, por el contrario, que la ciudad / concejo, la región y el Estado deberían impregnarse de su trascendencia. El abandono de la Vega, el olvido de la industria y la alta tecnología, el ensañamiento con unos trabajadores injustamente tratados, son razones para luchar con abierta limpieza por el progreso y la convivencia.

Lo pienso con absoluta sinceridad en esta hora europea de Vetusta y de España.