Dice el lugar común tópico que la justicia lenta no es justicia. Para situar al lector en contexto debo decir que se cumplen ahora dos años, el día 19 de agosto de 2014, cuando sufrí por parte de cuatro policías locales de Oviedo delitos de torturas, contra la integridad moral o derechos humanos y fundamentales básicos, lesiones, manipulación de atestado, coacciones, amenazas y más delitos que probablemente salgan a la luz cuando, la fecha ni está ni se le espera, se celebre el tan ansiado juicio oral. Pues bien, transcurridos dos años debo decir que así seguimos, sin indicios por el momento ni tan siquiera de ver "la luz al final del túnel", todo ello pese a que se tratan de unos hechos bastante simples que con una adecuada instrucción ya hace tiempo que hubieran sido enjuiciados. Y es que en este punto no puedo sino denunciar que se han denegado medios de prueba tan elementales como grabaciones de cámaras de vídeo o ser examinado y controlado por un médico forense; todo ello a los cinco días de ocurrir los hechos y sin motivación o razonamiento alguno salvo el consabido "no ha lugar". Ni tan siquiera con la nueva Ley de Enjuiciamiento que establece imperativamente unos plazos, este litigio avanza. Pero, en fin, tengo la absoluta convicción de que, finalmente, un día llegará el juicio y, con ello, una sentencia justa, asumiendo cada uno de los intervinientes sus respectivas responsabilidades. Y es que para que lo sepan los lectores y para mayor iniquidad estamos hablando que estos hechos ocurrieron en el área de Urgencias del actual HUCA. Por cierto, respondiendo a unas manifestaciones del concejal de seguridad del Ayuntamiento de Oviedo, del cual desconozco absolutamente todo, desde en qué partido está afiliado o a qué se dedicaba antes de ser elegido concejal, en las que dice literalmente que "nada hace suponer que el comportamiento de los policías fue ilícito"; sí puedo asegurar que, desde luego, de Derecho anda "muy "justito" pues debería saber que, en su día, formulé una querella criminal, la cual fue admitida por la titular del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Oviedo, y cuando un juez admite una querella tiene que detectar, cuanto menos, algún indicio racional, lógico, de sentido común en el terreno fáctico para que la misma sea tan siquiera admitida a trámite; de manera que si este señor formula declaraciones de similar tenor en otras áreas de su concejalía "aviados estamos". Es sabido que el buen cazador o pescador destaca por su grado de paciencia, pues en este caso es lo único a lo que echar mano pues todas las vías están abiertas: Tribunal Constitucional, nulidad de actuaciones respecto al falso delito de resistencia del que soy acusado, etc, pero, reitero, en España, si bien tarde, lo cual "per se" ya es injusto, normalmente suele imperar la justicia al final. Así que animo a todos los ciudadanos que se encuentren inmersos en pleitos que se "tuercen" a que tengan paciencia pero de la misma manera determinación, tenacidad y fuerza mental porque al final llegará ese concepto global y con muchos matices denominado justicia.
