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Concejal del PP en el Ayuntamiento de Oviedo

El imprescindible final del "circo" en Oviedo

Respuesta al autobombo, la demagogia y las mentiras de Ana Taboada

La señora Ana Taboada quiere lucir título de alcaldesa en funciones con un artículo publicado ayer que no tiene desperdicio como ejemplo de megalomanía y de autoreafirmación, especialmente, hacia quienes quieren moverle la silla -¿verdad señor Rosón?- convencidos de que no tiene la suficiente calidad, capacidad y entidad para liderarlos. El artículo es un ejercicio básico y torticero de demagogia: qué malos han sido los chicos del PP y qué buenos somos nosotros, los nuevos salvadores de la patria astur, que, ¡fíjense que sacrifico!, tuvimos que dejar nuestra prometedoras (o sea que las estaban iniciando, es decir, inexistentes aún) carreras profesionales. Y para rematar esta crónica a la estupidez: qué listos somos que vamos a copiar a Gijón.

La verdad es que con sólo leer este texto tan infantilmente construido debería bastar para poner en su justo sitio tan superficiales consideraciones y a quien las suscribe, pero, para ayudar a la mejor comprensión de este inútil ejercicio de soberbia, cabe añadir algunas consideraciones. La primera, que la señora Taboada muestra y demuestra su autoestima y su ecuanimidad pasando al femenino toda su argumentación ("Nosotras que sí amamos a Oviedo" -se ve que ellos, sus compañeros de formación, no aman a esta ciudad-); la segunda, una frase lapidaria: "... Hay muchas cosas que derribar" en Oviedo, lo que describe el revanchismo de esta nueva clase política; la tercera, ahora la solución para Oviedo es "copiar a Gijón", y pone el ejemplo de la transparencia olvidando que, con Iglesias Caunedo, Oviedo fue reconocida en dos ocasiones seguidas como la ciudad más transparente de España (debe ser que transparencia para Taboada es ocultar el destino de los millones de euros recaudados por los chiringuitos de la izquierda ovetense); la cuarta, la larga colección de frases de autobombo para estos chicos: son los más guapos, los más listos, los mejor preparados, los más limpios... Hay cuestiones que sólo con que se miraran al espejo ya quedarían suficientemente despejadas, pero para el resto no está de más decirles que en frente, en el PP y en todos los grupos municipales, también hay abogados, directores de gestión en empresas, arquitectos, universitarios de prestigio, periodistas, economistas, maestros y dignísimos trabajadores, con la ventaja de que estos ya vienen aprendidos de casa y no vienen como aprendices de su profesión y de la política a coger experiencia en el Ayuntamiento de Oviedo con sus afanes, tan poco profesionales, de revancha y destrucción.

La señora Taboada, que hace unos días decía que el gobierno socialista del Principado había marginado a Oviedo en sus presupuestos, ahora dice que no hubo nunca cerco a Oviedo; y miente. Sí lo hubo durante muchos años y lo sigue habiendo porque los Gobiernos socialistas del Principado, como ahora Somos, no respetaron a Oviedo y a los ovetenses; no invirtieron en Oviedo y en los ovetenses. Y un ejemplo de la falta de criterio de la señora Taboada: ahora reconoce que la culpa de los problemas con los planes de empleo es del Principado después de que su edecán rebelde, el señor Rosón, culpara a Caunedo de este asunto, como de todos los males del mundo.

Y, para ella, la gran prueba del 'anticerco' y de las bondades de el tripartito es que vamos a un stand perdido en un edificio perdido de la Feria de Muestras y que ahora el siguiente paso va a ser construir un edificio que la Feria utilizará el resto del año para los congresos que logren arrebatarle a Oviedo. Eso no es colaboración; es miopía política. Como siempre reclamó Caunedo, lo que hay que hacer es impulsar políticas regionales que coordinen, respeten, complementen y potencien las infraestructuras de las distintas ciudades y villas.

Mientras la señora Taboada y sus compañeros no entiendan que, mal que les pese, el Partido Popular ha transformado y convertido en referencia nacional a esta ciudad, y que ha gestionado tan bien que ha dejado recursos para afrontar cualquier contratiempo, no entenderán a Oviedo y que la política no consiste en hacer demagogia, sino en gestionar, construir -no destruir- y avanzar mirando al futuro.

Una compañera decía, sin ánimo de insulto, que Taboada es la Cruella de Vil de la política local. Y siguiendo ese paralelismo, a mí me parece que en vez de la piel de los 101 dálmatas, la nuestra quiere hacerse su vestido de ladina alcaldesa en la sombra a costa de la felicidad y el bienestar de la mayoría de los ovetenses... Y a todo esto, ¿cuándo terminarán de montar estos "circos" y se pondrán a trabajar para hacer algo de provecho por Oviedo?

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