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La Virgen, reina de tantas fiestas patronales

La madre de Dios sigue siendo el cauce de las esperanzas, peticiones y agradecimientos de los asturianos

Con la enhorabuena y las felicitaciones que se merecen las reinas de las fiestas que se han celebrado y que aún quedan por celebrar este año, voy a referirme a la protagonista y señora de tantas romerías y festejos religiosos y populares que a lo largo y ancho del Principado se han sucedido y se suceden durante el año. Me refiero a la Virgen Santa María. A ella, Florentino Fernández, sacerdote asturiano enamorado de Asturias y enamorado de la Virgen, dedicó varios libros, uno de los cuales lleva por título "Asturias, trono de la madre de Dios". Este autor, ya fallecido, escribió y publicó sobre aquello mueve a tanta gente a interesarse por la raíz cultural, la tradición y la expresión popular del culto católico de los hombres a la madre de Dios.

Esos lugares y advocaciones son presentados en sus libros como miradores al cielo, y también como puntos luminosos de una realidad histórica, cultural y religiosa que puede servir de referencia a mujeres y hombres que busquen la orientación y el apoyo de sus raíces. Cada uno de esos libros está "dirigido principalmente al hombre de la calle, que va por la vida deprisa, con poco tiempo y mucho que hacer; puede sugerir algunas cosas y abrir pistas para nuestra historia y cultura, íntimamente vinculadas al Evangelio", escribió el autor en una de las presentaciones.

"Hay una Estrella en el cielo que a los asturianos guía", dice la canción popular, y así debe de ser para que a lo largo de los últimos dieciocho siglos haya ido madurando todo un sinfín de manifestaciones artísticas que culminan en ejemplos de escultura barroca como las de Juan de Villanueva, Toribio de Nava o Fernández de la Vega -por sólo citar algunos-, o en pinturas magníficas que "acercan lo divino a la tierra", como las del avilesino Carreño de Miranda o del ovetense Miguel Jacinto Melendi.

Otras expresiones de cultura popular, como la Danza Prima o el Corri Corri, así como fiestas, costumbres, romerías y nada menos que 24 santuarios, 224 templos parroquiales, 48 monasterios y unas 600 ermitas, repartidos por toda la historia y la geografía del Principado, han encauzado y todavía siguen siendo canal de las esperanzas, alegrías, peticiones, consuelos y agradecimientos que los asturianos buscan y tributan a la mujer, madre de todos, que es la Virgen María. Por eso ella sigue siendo para muchos, año tras año, la reina de todas las fiestas patronales.

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