Que el Sporting busque patrocinador en Asia y consideren darle al estadio el nombre del padre adoptivo, me recuerda a aquellos marcadores simultáneos que se instalaban hace medio siglo para que los espectadores del partido supiéramos los goles que iban marcándose en otros campos. En lugar de "Betis-Valencia", ponía "Electrodomésticos Manuel-Anís de la Asturiana", etc., y con la entrada nos entregaban a los espectadores las claves para descifrar la información codificada. Cerca le andará el cambio de Carlos Tartiere por Carlos Slim, y entronizaremos a éste en Los Álamos, al lado de otro Tartiere (José), como dos faraones sedentes ante el Escorialín. Asia y América vienen a nuestro rescate futbolero, a pagar por lo intangible, la marca astur. Lástima que no les interesen valores más sólidos, por ejemplo, Santa María del Naranco, y que pasara a denominarse Santa María de Toyota.
