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Secretario de organización | de IU Oviedo

Debemos conocer nuestra historia

En defensa de la Ruta de Octubre del 34

En clave de (cara) sol escribe Esteban Greciet unas cuantas líneas en relación con la Ruta de Octubre del 34.

En cualquier país que se considere dentro de los parámetros democráticos, lo más normal en sus actividades culturales es que se expliquen los hechos acontecidos en su historia. En Asturias explicar los sucesos de aquel Octubre del 34 es parte fundamental de nuestra historia. Hay que reconocer a la Fundación Juan Muñiz Zapico la iniciativa de organizar una ruta didáctica sobre el tema. Un trabajo basado en hechos objetivos y presentado por personas cualificadas para ello.

He tenido ocasión de realizar varias veces la ruta de la Revolución del 34 en Oviedo y puedo manifestar que en ningún momento de su largo recorrido presenta la revolución como una gesta (nombre dado a una plaza por el franquismo) digna de recordar y mucho menos sólo desde la óptica revolucionaria; al contrario, sitúa los hechos en su lugar y relata cómo desde ambos bandos se luchaba con los medios de los que disponían.

Estudiar y, aún más, explicar acontecimientos que fueron primero acallados y después tergiversados, resulta de muy difícil entendimiento para las nuevas generaciones asturianas si no se hace de manera académica y didáctica para que cada persona tenga, primero, el conocimiento necesario, y desde ahí se haga una composición histórica del 34.

Luego, en su artículo, el señor Greciet amontona todos los desastres urbanos y/o humanos que tuvieron lugar. Lo hace en el sentido de culpar de todo a los revolucionarios, cuando de sobra sabe el señor Greciet que eso no fue así. La historia nos permite saber la responsabilidad de cada acción y destrucción. De los muertos en combate, los ejecutados, las torturas; de la lucha primero y la posterior represión. Se trata de conocer lo ocurrido en Oviedo no para exaltarlo, sino para poner fin al uso propagandístico y falaz que se hizo durante el franquismo y que hoy aún pervive. La ruta, junto con la lectura de la bibliografía sobre el tema, nos acerca a la realidad frente a la visión partidista de buenos y malos.

Por último, lo de siempre: intentar culpar a quienes querían establecer un sistema de vida en todo plano de igualdad, culparles del levantamiento fascista del 36. Se olvida de los levantamientos monárquicos o anarquistas durante la República y mantiene la tesis franquista del 34 como inicio de la Guerra Civil, que no es más que una justificación del alzamiento fascista y todo lo que conllevó.

Que fácil ye comer patates sin tener que palotiar la güerta.

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