La realidad hoy en Oviedo es la de un equipo de Gobierno en el Ayuntamiento formado por tres grupos políticos que solo han sido capaces de sumar sus intenciones para hacerse con la Alcaldía. Desde entonces, los ovetenses solo sufren la incapacidad e inacción de este gobierno municipal. Los ovetenses vemos cada día cómo tres partidos intentan -con ningún éxito- ponerse de acuerdo para dar un paso en su cometido, gobernar la ciudad, un paso que nunca se llega a dar, y que cuando tímidamente se da, nunca llega a consolidarse con un avance, con un necesario segundo paso, porque lo suyo tampoco es gestionar.
A esto se suma que, para disimular esta incapacidad, los miembros del tripartito se dedican a torpedear las iniciativas de sus compañeros de aventura mientras compiten para ver quién plantea las políticas más sectarias o la ocurrencia que más titulares pueda arrancar. Resulta muy poco edificante que lo único que trasluzca de ese pacto de gobierno sean sus traiciones. Y es que, de toda la vida, tres, siempre fueron multitud.
Como responsable de otra fuerza política, en nada me afectan los juegos de poder entre estas formaciones. Pero como representante de todos los ovetenses que soy, como servidor público, sí me preocupa ver cómo los intereses partidistas y electoralistas del tripartito hacen que la ciudad esté estancada y fomentan la desafección ciudadana a la política y dividen a los ovetenses. Como ovetense, me inquieta ver que no hay proyectos de futuro para Oviedo, que no se está prestando atención a las necesidades de los ciudadanos y me preocupa también el modo en el que se está persiguiendo a las empresas, con las consecuencias que esto tiene en cuanto a inversión, creación de empleo y generación de riqueza y oportunidades en nuestra ciudad.
Es decepcionante ver cómo ante cualquier nuevo proyecto, lo que trasluce, lo que al final queda, es el enfrentamiento entre los miembros del "equipo" de gobierno. Sólo en esta semana podemos citar los surgidos ante el proyecto empresarial propuesto para los terrenos de El Vasco, ante la ordenanza de convivencia, o ante algo aparentemente tan sencillo como poner nombre a unas calles. Si esto es así, ¿cómo podemos esperar acuerdo para una estrategia global para Oviedo?
Gobernar implica tomar decisiones. Gobernar bien implica además tomar decisiones en busca del bien común, impulsar medidas que respondan a un interés general. Por encima de siglas, intereses personales y réditos electorales, el buen gobierno significa buscar proyectos y propuestas que beneficien a la sociedad en su conjunto.
Estos requisitos son fundamentales para que un gobierno funcione. Pero son necesarios, no suficientes. Hacen falta ideas, definir objetivos, preparar proyectos a largo plazo, establecer estrategias y someterlas a evaluación constante para corregir posibles errores o efectos no deseados? Y lamentablemente desde hace más de un año, los ovetenses padecemos un equipo de gobierno que no reúne ninguna de estas condiciones. No son capaces de entenderse.
En el tripartito, que son tres, falta objetivo común, faltan ideas y sobran maniobras, pero las necesidades de los ovetenses siguen estando ahí, la realidad es muy tozuda, y nosotros también. Vamos a seguir defendiendo los intereses de los ovetenses y combatiendo la incapacidad, la inacción y las consecuencias de las batallas políticas abiertas en el seno de este "equipo" de gobierno.
Ni una palabra sobre propuestas y políticas reales para los ovetenses, y grandes titulares sobre los rifirrafes del tripartito. Oviedo, los ovetenses, no merecemos esto.
