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La mar de Oviedo

Guiñol

Maitri y Juan (Bailadera Títeres), que a diario mueven en el Campo los hilos de San Mateo, conocen la técnica kamishibai, la de guante, los títeres de hilo, las siluetas de madera, de manipulación directa; con ellos hablé de literatura para titiriteros: de Lorca; "La bruja y don Cristóbal" por la que encarcelaron a aquellos en los carnavales de Madrid, se basaba en "El Retablillo de Don Cristóbal"; y de Valle-Inclán, que se inspiró en los títeres de cachiporra para el esperpento. Los escritores podemos mirar de rodillas a nuestros personajes, como hizo Homero, que presenta a los héroes más grandes que él; podemos mirarlos de pie, de igual a igual, con nuestras virtudes y defectos, como hizo Shakespeare, y mirarlos como los titiriteros de hilo, desde un plano superior, con un punto de ironía, así Quevedo y Cervantes, así Valle-Inclán. Pero, mires como mires, todos somos marionetas; eso sí, algunas sin corazón.

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