Suelen presumir en el tripartito de que uno de sus grandes logros mateínos es que las fiestas han vuelto este año a ser de todos. Y como todos somos Hacienda, pues Hacienda ha salido de fiesta, como todos. Viene esto a cuento porque hace poco vieron a Hacienda por el Bombé inspeccionando las casetas de esa feria hostelera que el tripartito se ha sacado de la manga de OTEA, porque es exactamente la misma feria ideada por OTEA (Gastromateo) pero con sillas de playa rojas y vasos de plástico. Por lo demás, admitámoslo, no está del todo mal.
El caso es que allá fueron Hacienda y Trabajo el martes para preguntar si todo estaba bien, no las hamburguesas gigantes o el sushi, sino los papeles en regla, los seguros sociales de los currantes y todo eso que cualquier chiringuito de los de abajo debería tener. Que sepa este plumilla hubo algún que otro percance con alguno de los puestos, nada más importante, no obstante, que escuchar a las orquestas que amenizan el descanso vecinal más allá de la medianoche.
