Decía yo que, en la Avenida de Italia esquina Bombé, vi asombrado el "Circo en la Luna", de un artista llamado Kaskabel. Bastan unos segundos para percatarse de su calidad; para mí, mejorando los presentes, es el mejor de los vendedores mateínos; mejorando los presentes, insisto, supera a feriantes, cantantes, carrozas, orquestas, chiringuitos, teatros, cines, audiovisuales, homenajes, carruseles, bollos preñaos, ferrocarriles infantiles, carreras solidarias e insolidarias, en bici y en madreñas, y otros deportes, pirotecnias, parroquias con sus sermones, pregoneros, mis artículos, los pavos reales y a la propia Mafalda ensimismada. Este Kaskabel me cautivó con su humor y un diábolo. Con qué oficio atrae, entretiene, mantiene a raya y educa a niños y mayores. A un espectador adulto requisó el móvil, esos que carga el diablo. Su nombre de pila, Raúl, hace honor al significado: consejero valiente.
La mar de Oviedo